El Banco de China se ha visto obligado a intervenir de emergencia con un recorte de tipos ante la debilidad de los últimos indicadores en medio de la crisis del sector inmobiliario que representa una cuarta parte de la economía china. Una delicada situación que amenaza con extenderse al resto de la economía mundial.
Un riesgo de contagio que ha llevado a los inversores a retirar posiciones como medida preventiva en las dos grandes cotizadas españolas, que ya de por sí estaban bajo una fuerte presión bajista.
Merlin Propertis ha cerrado el primer semestre del año con unas pérdidas de 47,5 millones de euros, frente al beneficio de 481 millones del año anterior, pese a la mejora del 7,4 % de los ingresos y del 9,6 % del Ebitda. Colonial, por su parte, ha salvado la primera mitad del ejercicio con un beneficio de 38 millones de euros, un 5 % más que hubiera sido un 14 % mejor sin contar el impacto de la desinversión de activos.
Precisamente, el ajuste en la valoración de los activos de ambas sociedades ha sido el talón de Aquiles en sus cuentas, poniendo en evidencia el cada vez más complejo escenario al que se enfrenta el sector. Una situación agravada por los problemas en China no solo por su impacto en el sector sino por su efecto sobre la economía.
Los analistas ven justificadas las prevenciones de los inversores, pero no creen que la sangre vaya a llegar al río por lo que no descartan posibles rebotes cuando las tensiones se rebajen. Las acciones de Merlín pierden cerca de un 10 % en el año y las de Colonial se dejan cerca de un 12 % para situarse muy cerquita de sus respectivos niveles de soporte, por lo que conviene acentuar la vigilancia.