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Azkoyen necesita incentivos

El perfil de Azkoyen en los úl­timos meses está siendo es­pe­cial­mente vo­lá­til, mo­vién­dose en un am­plio rango entre los 6 y los 6,8 euros por ac­ción, pero sin dar señal al­guna de poder ini­ciar una nueva fase al­cista que le per­mitan volver acer­carse a sus má­ximos de 2018. Una ex­pec­ta­tiva que puede me­jorar con la pró­xima pre­sen­ta­ción de sus re­sul­ta­dos.

Los accionistas se encuentran convencidos de que la estrategia de diversificación tanto geográfica como de negocio llevada a cabo en los últimos años se seguirá reflejando en sus cuentas con un crecimiento de nuevo por encima de los dos dígitos.

En este sentido, enfoque del grupo sigue pasando por preservar sus niveles de rentabilidad, mientras los ingresos crecen por encima del 10 % y convirtiendo Ebitda en caja. Para ello ha reforzado su base de crecimiento, en especial en el exterior tras las excelentes adquisiciones en los últimos años, mediante pilares básicos centrados en la innovación, mejora de la eficiencia y la gestión interna.

Un compromiso que se está traduciendo en una buena rentabilidad para el accionista. El pasado viernes abonó un dividendo de 0,185 euros brutos por acción. Esta rentabilidad del orden del 2,8 % se suma a su bajo PER de poco más de 10 veces, lo cual supone un buen incentivo para los inversores conservadores a más largo plazo.

Con todo, la compañía de máquinas expendedoras y de medios de pago parece haber agotado la tendencia alcista desarrollada durante el pasado ejercicio y ahora necesitaría nuevos incentivos para romper la resistencia que se estaría encontrando en las inmediaciones de los 6,6 euros por acción.

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