Eléctricas y ban­cos, que es­pe­raban el final del 'impuestazo', los más cas­ti­gados

El 23-J saca al Ibex-35 del carril alcista de las bolsas europeas

Los grandes ges­tores van a in­fra­pon­derar España hasta que se des­peje la in­cer­ti­dumbre

Tormenta sobre el Ibex.
Tormenta sobre el Ibex.

Inversores, ana­listas y ges­tores tor­cieron la noche del do­mingo el gesto tras co­nocer el re­sul­tado de­fi­ni­tivo de las elec­ciones ge­ne­ra­les. De todos los es­ce­na­rios po­si­bles, afloró el peor, el menos deseado. Como no era des­car­table en ab­so­luto a pesar de que las en­cuestas de­cían lo con­tra­rio, el Ibex se lo tomó con fi­lo­so­fía: re­cogió el re­sul­tado con la mayor caída en Europa. Pero el des­censo no pasó de un suave 0,29% en una jor­nada de menos a más.

Pero más allá de la reacción inmediata, importa qué puede ocurrir hasta final de año. Dentro de casa, quien más quien menos se barrunta que Pedro Sánchez puede hacer un nuevo ejercicio de funambulismo y hacer el más difícil todavía para formar Gobierno. Pero fuera de casa se apuesta de forma más o menos descarada porque se repetirán las elecciones generales. O lo que es lo mismo, por una travesía del desierto de cuatro o cinco meses.

“En el caso de que Sánchez pudiera formar Gobierno, éste sería de una fragilidad extraordinaria. No le aventuraría más allá de 18 o 24 meses de vida. Vienen ajustes duros promovidos por Bruselas y será muy difícil poner de acuerdo a tantos partidos con intereses tan contrapuestos en algunos casos. Y eso abocaría al país a un nuevo largo período de tensiones que la bolsa no vería con buenos ojos”, asegura un veterano gestor.

Los analistas internacionales creen que el mal menor sería la repetición de las elecciones para sacar al país del bloqueo político. El problema es que, hasta entonces, se puede producir una desafección progresiva hacia el mercado español respecto al resto de los índices europeos. No será nada radical, pero si suficiente como para sacar al Ibex 35 de punto respecto a sus competidores.

Hasta las elecciones, el selectivo había subido algo más de un 16% sin despegarse de la evolución del resto. El adelanto electoral había tenido un impacto residual en unos mercados cada vez más globales que están pendientes de la evolución de la inflación y de los tipos de interés y que están muy atentos a la catarata de resultados que estos días están presentando las empresas cotizadas.

Eléctricas y bancos, los peores

Entre ellas los bancos y las eléctricas, los dos sectores que ayer pagaron más el resultado de los comicios por razones obvias: la imposibilidad de que el bloque de derechas pueda formar gobierno da continuidad a los impuestos extraordinarios decididos por Pedro Sánchez al menos hasta 2024 hizo que los inversores descontaran este lunes de sus cotizaciones que se aleja la posibilidad de un mejor marco fiscal.

Pero, en cualquier caso, la sangre no llegó al río y las caídas fueron muy controladas. “Creo que viene un período de mayor languidez para la bolsa española, que ya llegó a la cita electoral en medio de una fuerte caída de las cifras de negocio a lo largo de 2023. Mientras dure la incertidumbre política, es posible que los gestores sobreponderen otros mercados, por lo que no vienen buenos tiempos para la bolsa española”, señalan en una gran gestora internacional.

Pero nadie debe esperar diferencias dramáticas a favor del resto de los índices frente al Ibex. "El español es un mercado donde los grandes inversores internacionales vienen a comprar banca y energía, que son los sectores con más peso en nuestra bolsa. Y lo van a seguir haciendo en los 'blue chips'. El impacto de las elecciones en las acciones españolas va a ser limitado, pero sí es de esperar que el flujo de órdenes decaiga en los sectores con menos peso", señalan en el departamento de valores de un gran banco español.

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