ANÁLISIS

Crece el de­sá­nimo en las filas so­cia­listas ante la ro­tun­didad de las en­cuestas

Mujeres, jóvenes y 'centristas' decidirán el próximo Gobierno

Sánchez y Feijóo in­tentan com­pro­meter a sus in­con­di­cio­nales en la úl­tima se­mana de cam­paña

Sánchez y Feijóo.
Debate en Atresmedia entre Sánchez y Feijóo.

Último día de son­deos antes de la aper­tura de las urnas del 23-J. Al margen del úl­timo flash que pu­blica este lunes el CIS, el con­senso de las em­presas in­de­pen­dientes sigue dando como ga­nador de las elec­ciones al Partido Popular, li­de­rado por Alberto Núñez Feijóo, aunque será muy di­fícil que pueda go­bernar sin VOX. Pese a ello, el pre­si­dente del Gobierno, Pedro Sánchez, se niega a darse por ven­cido, aunque co­noce con de­talle los re­sul­tados de las en­cuestas y el de­sá­nimo rei­nante en las filas del Partido Socialista. No le son nada fa­vo­ra­bles.

La enorme pérdida de poder que han sufrido en las elecciones autonómicas y locales se está notando con una asistencia muy menguada de militantes a los actos que han organizado durante la campaña de las generales.

En Campillo de Altobuey, un pueblo de Cuenca, en Castilla-La Mancha, pese a estar gobernada por el PSOE -la única comunidad donde han ganado por mayoría absoluta las pasadas elecciones- les ha costado lograr reunir 300 asistentes. Ello, pese a que contaban con la presencia del presidente de La Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, uno de los dirigentes autonómicos socialistas más prestigiado y de quien se habla como candidato a suceder a Pedro Sánchez en la secretaría del PSOE si el partido sufriera una debacle electoral el próximo domingo.

Junto a García-Page,, figuraban además en este acto su vicepresidente primero José Luis Martínez Guijarro; el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor; así como el cabeza de lista de la provincia al Congreso de los Diputados por el PSOE, Luis Carlos Sahuquillo. Pese a lo reducido de la concurrencia, la mayoría de los asistentes al acto eran dirigentes o alcaldes de la provincia.

Conociendo la desafección de una parte de la militancia, el equipo del presidente del Gobierno ha tenido que programar a la baja su presencia en los mítines y los ha hecho donde en teoría gozan todavía de mayor simpatía. Este domingo lo hacía en Barcelona donde solo ha logrado convocar a 3.000 asistentes, según las cifras oficiales.

Cataluña es la Comunidad Autónoma donde los socialistas esperan ser el partido más votado y obtener 13 de los 48 diputados en disputa, por delante del segundo partido, ERC, a quien los sondeos otorgan 9 escaños. Por eso, Sánchez ha elegido Barcelona para uno de los principales mítines de la campaña, aunque el número de simpatizantes haya quedado muy lejos de las cifras de otras ocasiones históricas.

Pese a las críticas que Sánchez realiza en cada una de sus comparecencias a las empresas de sondeos electorales, en Barcelona ha vuelto a dar por hecho implícitamente que en este momento están por detrás del Partido Popular en la proyección de votos. Y como ya hiciera un día antes en Valencia, ha vuelto a dar por hecho que van a superar a los sondeos para ganar al PP y acabar con el mito del hundimiento o el sorpasso del PSOE. Sorpasso que no se ha producido en la izquierda, pese a que se viene aventurando que sucedería así desde mediados de la década pasada tras el despegue de Podemos.

Feijóo busca votos entre los moderados

Por su parte, Feijóo trata de ganar la batalla de la imagen presentándose como el hombre en el que pueden confiar los españoles. Como Sánchez, apela al llamado voto útil para ganar las elecciones. Pese a las diferencias entre analistas y sociólogos, se da por hecho la existencia de un acuerdo tácito de que al menos en el entorno del 25 % de los votos se deciden entre el inicio de la última semana de campaña y el mismo día de las elecciones.

Para Feijóo el voto útil que busca añadir a sus fieles, está entre los moderados, los que se confiesan abstencionistas y los socialistas desencantados con las alianzas de gobierno y parlamentarias que ha tenido que realizar Pedro Sánchez durante la pasada legislatura para mantenerse en el poder. El 25 % de votos que se deciden la última semana suponen más de seis millones y medio de votos. Esto sin tener en cuenta el porcentaje de quienes no irán a votar, que en las pasadas elecciones de noviembre del 2019 alcanzaron nada menos que 8.437.153 personas, el 24,25 % del censo electoral.

Analizando este grueso importante de datos, Núñez Feijóo no quiere dar por hecha la victoria, aunque confía de forma privada que podrían superar los 160 escaños. Para ello el líder popular ha apelado en sus últimas intervenciones a los votantes del PSOE, a los abstencionistas, a los decepcionados con el Gobierno, a las personas centradas, a las moderadas y a las mujeres.

Para dejar claro que busca en el voto centrista del PSOE y VOX, el Partido Popular ha desplegado una lona en el paseo de la Castellana de Madrid donde, donde están ausentes las siglas del PP, pero cuenta con sus colores y los de Ciudadanos, PSOE, C´s, Vox e incluso Podemos con el lema “Si quieres un presidente que gobierne para todos vota Feijóo”.

Y en uno de sus feudos tradicionales, el de Zaragoza, a pesar de la fragmentación histórica de partidos en esta comunidad, Feijóo apelaba a los socialistas. Porque en el PP “pueden ver a un partido de Estado”. Así ha prometido a los decepcionados con el Gobierno de Sánchez que “si no se quedan en casa y van a votar el próximo domingo el cambio es posible”. Su apelación ha sido a la clase media y las personas de centro, moderadas, que saben lo que cuesta llegar a fin de mes.

Y sobre todo ha apelado a las mujeres para responder las duras acusaciones que le hizo el sábado Pedro Sánchez desde Valencia donde dijo que definió como PP y VOX como “una coalición contra las mujeres”. Por eso Feijóo al dirigirse a ellas, ha ofrecido un Gobierno competente que no hará leyes apresuradas, como la del ‘sí es sí’, enfatizando además que el PP es pionero a la hora de proponer a mujeres para que gobiernen autonomías e instituciones, y lo ha hecho no porque sean parte de una cuota, sino por su valía.

Pese a su constante intento de distanciarse de VOX Feijóo ha reivindicado su derecho a hacerlo como el PSOE lo ha hecho con otros partidos como los separatistas y anti constitucionalistas que le han apoyado durante toda la legislatura. Negarle el derecho a un acuerdo de gobierno con VOX supondría, según Feijóo, perturbar la democracia e imposibilitar la alternancia.

Los acuerdos ya sean a izquierda o derecha, parecen a día de hoy, la única opción que tendrán los partidos tras las elecciones del próximo domingo. Así como lo ha hecho Pedro Sánchez durante los últimos años, Feijóo tendrá todo el derecho democrático a acordar con los partidos que estén dispuestos a apoyarle en la investidura. La Constitución ofrece todas las garantías para que si un partido no la respeta este sea inhabilitado. Pero excluirles antes de que hayan violado la Constitución, como dice Feijóo, sería no respetar nuestra Carta Magna.

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