De este modo, la deuda del primer grupo de comunicaciones de España se ha situado por debajo de los 26.500 millones de euros a marzo de este año después de irse reduciendo a razón de unos 4.400 millones de euros anuales desde la llegada de José María Álvarez Pallete en 2017, cuando rozaba los 50.000 millones.
En el marco de esta estrategia, su filial Telefónica Hispanoamérica ha suscrito la semana pasada con una filial de KKR y con Entel Perú sendos contratos de suscripción de acciones para la entrada de ambas entidades, con un 54% y 10%, respectivamente, en el capital social de Pangea, la compañía mayorista de fibra óptica de Perú, manteniendo Telefónica Hispam el 36 % de las acciones de dicha compañía.
Como parte de la transacción Telefónica del Perú y Entel venderán a Pangea ciertos activos de su infraestructura de fibra óptica hasta el hogar y se suscribirán una serie de contratos, entre ellos, contratos para la prestación de servicios mayoristas de conectividad tanto con TDP como con Entel Perú.
La transacción representa para Telefónica un múltiplo sobre “Oibda proforma” de aproximadamente 20 veces. Fruto de la operación, que queda pendiente de las correspondientes autorizaciones, la deuda financiera neta Telefónica se reducirá en unos 200 millones de euros. Adicionalmente, recibirá determinados pagos variables en los cuatro años siguientes al cierre de la transacción.
Pese a este notable esfuerzo, la cotización de la operadora todavía sigue muy penalizada en el mercado. Las acciones suben este año poco más de un 7 % superado el primer semestre muy por debajo del conjunto del Ibex 35. Lo cual, apunta los expertos, no deja de ser una excelente oportunidad para aprovechar sus buenos fundamentales, con una rentabilidad por dividendo de cerca del 7%, a medio y largo plazo.