China, que ya ha desplazado a la UE como segundo mayor socio comercial de Latam y amenaza el liderazgo de EEUU, y que es primer prestamista de la región, anunció días atrás que el área, donde operan más de 3.000 empresas orientales, es su segundo mayor destino de inversión exterior.
La inversión acumulada china en Latam se elevó a 250.000 millones de dólares en 2021-22, tras multiplicarse por 26 en 2000-20 y por siete en la última década. El comercio entre el gigante asiático y Latam creció a 485.700 millones en 2022 (+7,7%) y es segundo socio comercial del área tras EEUU, además del mayor acreedor. Es primer o segundo socio comercial de los países de Sudamérica, salvo Colombia, que como México y Centroamérica mantiene a EEUU de gran ‘partner’. Y ha logrado que 21 de los 33 países de Latam se sumen a su ‘Nueva Ruta de la Seda’, su plan de expansión comercial global.
Y la influencia económica, comercial e inversora china en el área no deja de incrementarse (ahora con la pugna por el litio en el centro), sobre todo en Brasil, Argentina, Perú y Chile. China hace clara competencia geoestratégica a la UE ya y reta la hegemonía de EEUU. Pekín ha desplazado como principal inversor en casi todo el Cono Sur a EEUU, aunque este país sigue siendo el mayor inversor en Latam (22%) y España, el primero europeo en la zona.
En busca de socio fiable
Semanas atrás, Ecuador se convirtió en el cuarto país de Latam en suscribir un pacto de libre comercio con China, tras Chile, Perú y Costa Rica. Además Pekín ‘amenaza’ a Europa con un TLC con Mercosur que la UE quiere evitar, en un momento en que la Unión y CELAC se aprestan a celebrar, 17-18 de julio, una cumbre con la que Europa trata de urdir una relación bilateral geoeconómica beneficiosa para ambos bloques. Y, para ello, debe realizar el gesto de convencer a los socios reticentes ante la ratificación final del muy demorado pacto con Mercosur, piedra angular de esa alianza estratégica que se quiere forjar. Máxime en una etapa en la que los nuevos gobiernos de izquierda surgidos en Latam elevan las aspiraciones chinas en el área.
Y es que la UE, necesitada hoy de un socio fiable para el suministro de materias primas y energía, tras lo constatado en la pandemia y con la guerra de Ucrania, vuelve sus ojos más que nunca hacia Latam, la región que juzga más ‘eurocompatible’ y se replantea objetivos, a la par que trata de contrarrestar la influencia China, consciente además de que ha dejado que le coman el terreno.
En sólo 30 años, China ha avanzado hasta crear una tupida red económica y sus compañías hacen ya sombra a las españolas, europeas y estadounidenses en el área en muchos sectores. La inversión china en Latam, el 77% con origen en compañías públicas, se inició en 2004 y lo que comenzó como ofensiva comercial para adquirir materias primas (95% aún en 2009) se ha diversificado y posicionado en sectores estratégicos: telecos, explotación de recursos naturales, control de minerales clave para la transición energética y redes de infraestructura y obras públicas.
Sectores estratégicos
En los últimos años, la inversión oriental se ha concentrado cada vez más en energía (41,7% del total), minería e infraestructuras (puertos, hidroeléctricas, ferrocarril), acompañada de financiación, compitiendo con firmas españolas y europeas y amenazando sus grandes mercados en la región. Las constructoras chinas ya han superado a las españolas allí y son segundas, tras las de EEUU.
La expansión china no está exenta de críticas. Los expertos apuntan que, además de operar con empresas estatales y hacer poco caso a estándares de competencia, laborales o ambientales internacionales, China endeuda a la región con crédito de fácil acceso para elevar su presencia. Desde Europa y EEUU se resalta, desde el público y privado, que compite de modo desleal en sus inversiones, amparada en su capacidad de préstamo. Además, China ha concedido 138.000 millones en créditos de su Banco de Desarrollo y su Banco de Exportación a Venezuela, Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia. Para otros, como CAF, sin embargo, hay sitio para todos y Europa “no tiene que competir” con China por su presencia en América Latina, sino “complementarla”.
Aunque la inversión china está ya en casi toda Latam, el 83% se aglutina en cinco naciones. El primer lugar lo ocupa Brasil, con 69.958 millones de dólares, seguido de Perú (31.600 millones); Chile (20.345 millones); México (18.920 millones) y Argentina (14.864 millones). Brasil representa casi la mitad de las inversiones chinas en Sudamérica y es el gran aliado comercial de Pekín. En 2007-21 China desarrolló más de 200 proyectos en el país, especialmente en el sector eléctrico y en 2021 Brasil fue el principal destino de la inversión exterior china en el mundo: 5.700 millones, orientados a energía y tecnología.