Pese a la oferta de pro­ductos más atrac­ti­vos, hay que hacer cola para com­prar estos tí­tulos

Los particulares multiplican por diez su inversión en Letras del Tesoro a cerca del 3,5%

El saldo se sitúa en los 9.192 mi­llones de eu­ros, cuando doce meses antes apenas ma­ne­jaban 913 mi­llones

Tesoro Público.
Tesoro Público.

Quien tiene una letra tiene un te­soro. Este po­dría con­ver­tirse en el lema pu­bli­ci­tario del que ha re­cu­pe­rado el trono per­dido y con­ver­tirse en el ac­tivo rey de la deuda pú­blica. Con un tipo de in­terés que ronda el 3.5% a plazo de 12 me­ses, las le­tras han vuelto a sus­citar el in­terés de los in­ver­sores par­ti­cu­la­res. Hasta el punto de que los ciu­da­danos han mul­ti­pli­cado por diez sus te­nen­cias de estos va­lores en los úl­timos doce me­ses.

En los últimos meses, el Banco Central Europeo ha imprimido un vuelco a la situación de los tipos de interés. En su objetivo de controlar la inflación, el BCE ha elevado el precio oficial del dinero hasta el nivel del 3,75%. Después una fase prolongada de tipos de interés incluso por debajo del 0%, los inversores han vuelto a dedicar la atención a activos que se encontraban olvidados desde hace muchos años.

La deuda del Estado y, sobre todo, las letras a un año, se han convertido en las principales fuentes de inversión con seguridad plena. Las aseguradoras han actualizado su oferta de productos con los seguros de ahorro, que garantizan un determinado rendimiento a un plazo fijo y que cuentan con el atractivo de que, en caso de fallecimiento del titular, los beneficiarios reciben un retorno del capital con un tanto por ciento extraordinario.

Las letras se han situado en la pole position de la inversión. El saldo en manos de los particulares se había reducido hasta los 913 millones de euros en febrero del año pasado. Pero en la segunda mitad de 2022 se ha producido un acelerón en las tenencias de títulos del Estado por parte de los particulares, en especial las letras a un año. En febrero de este año, el importe se había multiplicado por diez, hasta los 9.192 millones en febrero de este año.

La participación en el conjunto de la deuda apenas llega al 2,74% del total de la deuda emitida, pero hay que recordar que hace veinte años, al cierre del año 2002, la cuota de estos inversores alcanzaba el 6,67%.

Este año se han revivido escenas que hacía treinta años que no se repetían, las colas en el chaflán entre las calles de Paseo del Prado y Alcalá, de inversores esperando para adquirir valores del Estado.

Compras

Para la adquisición de letras de forma directa es indispensable que el inversor abra una cuenta en el Banco de España. Allí se realizará un depósito para acudir a una subasta al tipo medio. Tras la adjudicación del valor, se procederá a la liquidación de la diferencia entre el importe pagado y el de la letra. El valor de la letra es de mil euros y las peticiones se tienen que realizar en múltiplos de esta cantidad. Hay que recordar que las letras se emiten al descuento, lo que supone que al precio de la letra se le descuentan los intereses marcados en la subasta.

La deuda pública constituye la financiación del déficit público del Reino de España. Unos números rojos que no han abandonado a la economía española en las últimas décadas. Las letras, los bonos y las obligaciones constituyen los activos que emite el Estado, mediante los que los inversores respaldan el endeudamiento.

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