La incorporación de más de 5.300 nuevos afiliados durante el pasado mes de mayo ha permitido llegar a esta cifra récord tras la remontada conseguida tras la crisis económica, el golpe de la pandemia, así como la guerra en Ucrania con la inflación por las nubes.
Un mes, el de mayo, que históricamente siempre han sido buenas semanas en cuanto a la creación de nuevos puestos de trabajo sobre todo gracias a que es una época ideal para el terreno laboral sobre todo en lo concerniente al turismo y la hostelería.
Si se comparan estos datos con el resto del país, durante ese mes de mayo (y gracias a ese tirón turístico) se han creado 200.000 empleos; con lo que actualmente en nuestro país el número de personas afiliadas a la Seguridad Social se acerca a los 21 millones.
Volviendo al territorio vasco, donde el Gobierno Vasco se ha felicitado por esta noticia fruto, a su juicio, de la “apuesta por lo público, por el diálogo social y por la reforma laboral”, este incremento de cotizantes ha venido acompañado de una reducción del paro en algo más de 700 personas durante el mes pasado. Sin embargo, no todo son alegrías como veremos a continuación.
La realidad del comercio y la sanidad
En el caso de estos dos grandes sectores de la economía vasca, la respuesta a este escenario se debe sobre todo al bajón tras la subida de la contratación durante la campaña de Navidad en el primero de ellos, mientras que en el caso del sector de la salud (junto al de servicios sociales) las cifras de empleo se estancaron tras el crecimiento tan exponencial vivido durante el tiempo que duró la pandemia con mayor necesidad de mano de obra en este sentido.
A esto se suman los diferentes retos en los que están inmersos ambos sectores. Como, por ejemplo, el que vive el comercio que encamina sus esfuerzos hacia el consumo digital, no exento de complicaciones sobre todo para establecimientos pequeños y medianos. Por su parte, en lo que respecta a la sanidad vasca esa pérdida de masa laboral es más preocupante si se tiene en cuenta que la sociedad cada vez está más envejecida.
El crecimiento en otros sectores
En otros ámbitos, la dificultad de encontrar a personal cualificado no supone un lastre demasiado grave para que no se pueda observar un crecimiento en lo que a cotizantes se refiere. Es lo que ocurre en el caso de la construcción, en plena explosión de proyectos; la industria tradicional que, pese a su subida, no consigue recuperar el listón que tenía antes del estallido de la pandemia; y la rama servicios concretada en hostelería y educación que también han visto cómo mejoraban sus datos de empleo en lo que va de año.