A ello se suman otros factores como un estricto control de costes con una proyección de la ratio de apalancamiento, deuda neta sobre Ebitda ajustado, de 2,5 veces hasta el 2027. Con todo, la firma recuerda en su informe que el entorno operativo de Aena sigue sujeto a grandes desafíos como las interferencias políticas, a los propios retos de la industria de la aviación, o potenciales movimientos corporativos en el sector.
En este sentido, la principal preocupación para Fitch es la intervención política como ya ocurrió en 2021 cuando se modificó de forma unilateral los acuerdos contractuales entre Aena y sus arrendatarios minoristas. Eso arroja incertidumbre sobre la previsibilidad del entorno legal y operativo en el que funciona Aena.
Por otro lado, en el informe se descarta que las recientes dificultades en la licitación del contrato libre de impuestos para el contrato de Madrid y Cataluña afecten al perfil crediticio de Aena tras incorporarse una asunción prudente de las rentas anuales mínimas garantizadas.
A ello se suma su posición monopolística en España que le permite tener unas tarifas moderadas en comparación con sus pares europeos que beneficia a sus clientes y ayuda a aumentar ingresos por volumen. No obstante, la Ley de 2021 genera cierta imprevisibilidad al entorno operativo y legal de los aeropuertos españoles, lo que podría afectar al poder de fijación de precios de Aena.
En el mercado, la acción acumula una revalorización del 25 % en el ejercicio aunque su proyección alcista parece haber chocado con una dura resistencia sobre los 151 euros. Si logra superar esta barrera, apuntan los expertos técnicos, no sería raro volver a ver a Aena en zona de máximos en el medio plazo.