Las empresas han sobrevivido y como quiera que el mercado interior andaba muy encogido empresarios-exportadores y otros recién llegados se han ido al proceloso mundo exterior a vender sus mercancías. Éxito clamoroso del que todos, derechas o izquierdas, debemos sentirnos orgullosos. ¿Lo estamos o sencillamente nos resbala?
Los analistas macro de Morgan Stanley calculan que el crecimiento mundial de las exportaciones en un periodo reciente de diez años ha sido del 4%. Sus previsiones para este 2023 son las de un modesto avance del 1,7%. En EE.UU llegarían al 3.8% (gas natural) y la media de la UE se situaria en el 2.6%.
En la modesta España, desde 2014 hasta ahora, la suma de las exportaciones de los últimos doce meses el valor de las ventas al exterior han pasado de 240.584 millones a 400.000 millones de euros .Un incremento del 6% anual. Además en los dos años post pandémicos , 2021y 2022, las tasas interanuales de avance de las exportaciones de mercancías españolas han sido del 19,45% y del 22,1% .
Si alguien piensa que estos incrementos responden a factores inflacionista hay que recordar que los analistas de Morgan Stanley estiman que los volúmenes comercializados se han mantenido en toda su extensión mientras los precios bajaban un 2,2%.
Un economía, la española en este caso, replica crecimientos de sus exportaciones de enorme envergadura. Algo y no precisamente malo está ocurriendo en la estructura productiva española.
Recordemos como los grandes avances de Japón y Alemania se corresponden con el auge de sus ventas exteriores.Eran, son, economías competitivas.
Competitividad
La Fundación de las Cajas de Ahorros, FUNCAS, acaba de rectificar sus juicios sobre la productividad de la economía española. La productividad ha crecido y crece. Si aumenta el PIB y baja el número de horas trabajadas es un claro ejemplo de que es la productividad la que está creciendo y "no el paro", como ha afirmado el candidato a la presidencia del Gobierno.
La contribución del sector exterior es la más solida apuesta frente al consumo interno. Como además está creciendo la inversión es palmario que no prima el pesimismo empresarial, lo que se traduce en más empleo y avances del PIB por encima del que registran los socios de la UE. Una herencia nada despreciable para el próximo Gobierno.
¿No es una temeridad rechazarla? . .