Con estos mejorables datos de asistencia, en un feudo que le resulta simbólico (fue donde anunció que competiría de nuevo por hacerse con la secretaría general del partido de la que había sido desalojado) el PP vaticina que, frente al deseo del presidente del Gobierno de asistir como protagonista principal en la boda de las elecciones, lo que le puede acabar sucediendo con Sánchez es que lo que celebre sea su propio funeral.
Frente a los intentos de provocación de Sánchez alentando el miedo porque viene la ultraderecha, en el PP responden con la tranquilidad de su líder, Núñez Feijóo. Irá explicando su proyecto de reconciliación, partido a partido, día a día. Proyecto que defenderá incluso en la oposición, si perdiera las elecciones.
Pero para los populares, tras los resultados del 28M, los tiempos han cambiado tratan de imponer su propio ritmo a la agenda de la campaña y las condiciones de los enfrentamientos, pues es Feijóo quien sale como ganador
Lo dicen mirando el panorama del poder municipal que ha surgido tras las elecciones del 28M. En Andalucía, por ejemplo, se han hecho con los ayuntamientos de las 8 capitales andaluzas y con 6 de sus diputaciones. Ni el PSOE en sus mejores tiempos acumuló tanto poder como ha logrado conseguir el presidente de Andalucía Juan Manuel Moreno y en consecuencia el Partido Popular.
Uno de los grandes expertos electorales con los que ha contado el PSOE desde la época de Felipe González, hasta que hace unos años acabó por distanciarse del partido en el que militó por tantos años, Ignacio Varela escribía hace unos días que “hubo un tiempo, no tan lejano, en que, si el PSOE decidía hacer un gran acto público en Andalucía con presencia de su líder nacional, se llamaba desde Ferraz a la dirección del PSOE de Andalucía y esta era capaz de congregar a 15.000 personas en cualquier lugar. No hay que remontarse a los tiempos de Felipe González y Alfonso Guerra: esto lo he visto hacer con Almunia, con Zapatero y con Rubalcaba, si bien progresivamente con mayor esfuerzo y menor ímpetu”.
Sánchez ni llena ni entusiasma
Pese a los autobuses, los bocadillos, la asistencia masiva de ministros y parte de sus asesores, Sánchez no ha logrado ni llenar ni entusiasmar. Hasta 10 ministros socialistas le han acompañado en el mitin de Dos Hermanas. Hubiera podido celebrar el consejo de ministros.
En la primera fila podía verse a Isabel Rodríguez, José Manuel Albares, Pilar Alegría, Félix Bolaños, Luis Planas, María Jesús Montero, Diana Morant, José Manuel Miñones, Héctor Gómez y Fernando Grande Marlaska. No eran los únicos presentes que han pasado por el consejo de ministros de Pedro Sánchez. Unas filas más atrás se sentaba la ex vicepresidente y cabeza de lista por Granada, Carmen Calvo, quien ha recibido una gran ovación al ser anunciada por megafonía su entrada en el recinto.
Éxito limitado de asistentes, pese a que el PSOE sabía que tenía que enseñar músculo en esta tierra fuente tradicional de voto socialista como evidenciaban las caravanas de autobuses que han acabado rodeando el recinto ferial de Dos Hermanas. Pero de repetirse el resultado del 28 de mayo Sánchez quedaría muy lejos de los resultados que obtuvo en las generales del 10 de noviembre del 2019, como pronostica el consenso de los sondeos.
Entonces logró una ventaja sustancial de 10 diputados frente al Partido Popular. Sánchez logró hacerse en Andalucía con 25 escaños frente a los 15 del PP, entonces liderado por Pablo Casado. VOX se alzó con 12 representantes, Unidas-Podemos logró 6 y Ciudadanos 3.
¿Y que es lo que ha dicho Sánchez a sus 3.500 seguidores? Pues poca cosa. Que hay que votarle porque tiene la convicción de que va a ganar por proyecto, argumentos y equipo. Los dos argumentos de su mitin de este domingo en Dos Hermanas son la concentración del voto de la izquierda en el PSOE y en retar a un duelo directo y permanente con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Sánchez ha recordado que hace dos semanas ya emplazó al presidente de los populares a que debata con él, pero que “la respuesta han sido excusas, porque no quiere debatir y no sabe cómo explicar sus pactos con la ultraderecha".
Frente a los dos ejes de la campaña de Sánchez, los equivalentes de Núñez Feijóo son preservar el valor de la palabra y hacer una política de Estado. Dicho en lenguaje coloquial, el líder popular quiere contraponer a los ataques de Pedro Sánchez, la falta de credibilidad del presidente del Gobierno por la de veces que ha cambiado de criterio y ha hecho lo contrario de lo que había prometido en campaña.
En cuanto a la política de Estado, para el líder popular supone sencillamente defender la Constitución y no pactar con quienes quieren abolirla, dividir España.
En su intervención en un acto preelectoral en Madrid Feijóo insistía en acabar con la política de enfrentamiento y división para promover el entendimiento entre españoles, tanto si gana, como si pierde. Pero con la esperanza de ganar. "Hasta aquí, ni conmigo ni contra mí, ni con unos ni con otros…Este es nuestro compromiso, se acabaron las trincheras, se acabaron los bloques, se acabaron las divisiones, se acabaron las zanjas, vamos a por la mayoría y vamos a cumplir nuestro deber en el gobierno o en la oposición".