Se trata de un porcentaje altísimo, sin precedentes desde que se elabora la encuesta. Tampoco los hay de una subida tan vertiginosa del precio del dinero como la que se inició en julio de 2022 y aún no ha tocado a su fin. El mercado espera nuevas alzas en las reuniones del BCE de junio y de julio que, se espera, sean las últimas. En cualquier caso, hay todavía más dudas que certezas. Pero lo que es seguro es que su impacto en el negocio hipotecario se va a extender durante bastante tiempo.
El movimiento a la baja de la demanda de préstamos es general y afecta a los principales mercados, con Alemania, España y Francia a la cabeza. Pero la gran cuestión es si ya ha pasado lo peor y si, ante la perspectiva de que los bancos centrales detengan el proceso de subida de tipos -la Reserva Federal ha anunciado que el alza de 25 puntos básicos de esta semana será la última-, la demanda se va a reactivar.
Los expertos creen que no, al menos a corto plazo. "El problema es que los tipos se van a mantener en estos niveles durante un tiempo. Y eso significa que alrededor del 50% de las familias que hace 10 meses sí tenían acceso a una hipoteca asequible ahora no pueden ni plantearse acceder a un préstamo. La banca está cerrando el grifo por la vía natural de la subida de los tipos de interés", aseguran en fuentes del sector.
Cifras que dan pavor
Las cifras del mercado español dan miedo. Si se toman los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el coste de las hipotecas se había disparado un 63% en 12 meses hasta el pasado mes de febrero. Pero si se toma como referencia el Banco de España, los préstamos se han encarecido cerca de un 95% en un año. Cifras dramáticas para las familias que no se revertirán de ninguna de las maneras en los próximos meses.
De momento, el euribor sigue apretando. Aunque ha reculado tras la reunión del BCE, sigue por encima del 3,80% en tasa mensual. Hay parte del mercado que cree que podría llegar al 4% en el tramo final de este primer semestre del año antes de emprender un proceso suave de relajación si, efectivamente, se para la máquina de subir tipos de los bancos centrales. Algo que dependerá muy mucho de la evolución de la inflación.
"Los niveles de actividad van a ser muy discretos en lo que queda de primavera y todo el verano. Hay demasiada incertidumbre y los bancos no vamos a asumir ningún tipo de riesgo. Es posible que veamos nuevos ajustes al alza de los precios de las hipotecas, pero está claro que los actuales niveles ya son lo suficientemente disuasorios, al menos a corto plazo. Estas son las nuevas reglas del juego", señalan en una entidad mediana nacional.
Con estas cartas sobre la mesa, la banca se está aplicando en la estrategia de proteger al máximo sus intereses a la espera de mejores tiempos. Lo que no quiere decir que la competencia no sea máxima -centrada ahora en los clientes más solventes del mercado- o, lo que es lo mismo, que no vayan a pelear en precios por las mejores operaciones. Pero asumiendo que el pastel es ahora sensiblemente más pequeño.