“La migración puede ser una fuerza poderosa para generar prosperidad y desarrollo”, ha señalado el director gerente sénior del Grupo Banco Mundial, Axel van Trotsenburg. “Cuando se gestiona adecuadamente, proporciona beneficios para todas las personas, tanto en las sociedades de origen como de destino”.
En los próximos decenios, el número de personas en edad laboral va a registrar un dramático descenso. “En España, que tiene una población de 47 millones, este porcentaje se reducirá en más de un tercio para 2100 y la cantidad de mayores de 65 años aumentará del 20 % al 39 % de la población”.
Unas cifras escalofriantes que no hace sino consolidar los principios de la revolución digital. Hace un par de semana, expertos internacionales solicitaron detener el desarrollo de la inteligencia artificial durante seis meses. No es ninguna tontería. Entre los mil firmantes se encuentran gurús tan destacados como el criticado Elon Musk, fundador de Tesla y Space, o Seteve Wozniak, uno de los ideólogos de Apple. El informe del Banco Mundial parece quitarles la razón. ¿Cuál va a ser el tamaño de la fuerza laboral en el futuro?
El informe “Migrantes, refugiados y sociedades” establece cinco principios fundamentales para aprovechar lo que se considera una oportunidad histórica para manejar estos flujos de personas. Alrededor de 184 millones de personas, el 2,3% de la población mundial, viven fuera de su país de nacionalidad. Casi la mitad de ellos se encuentran en países de ingresos bajos y medianos”.
Un migrante es alguien que ha adoptado la nacionalidad del país al que ha llegado y que tiene los mismos problemas que los nacionales. Una vez asumida este primer principio hay que reconocer, en segundo término, la complejidad y la creciente necesidad de los movimientos transfronterizos, con un 43% de personas que ha recalado en países de ingresos bajos o medianos. “La migración será cada vez más necesaria en las próximas décadas para países de todos los niveles de ingresos” señala el informe.
Un tercer consejo, según el informe, es distinguir entre varios tipos de movimientos para identificar las respuestas políticas apropiadas. “El grado en que las habilidades y los atributos de los migrantes se ajustan a las necesidades de los países de destino determina en gran medida los efectos económicos de sus movimientos. Los motivos que subyacen a los movimientos determinan las obligaciones de los países de destino en virtud del derecho internacional”.
Un cuarto consejo es gestionar la migración de forma estratégica, tanto en los países de origen como de destino. Según el trabajo del Banco Mundial, “Los gobiernos de los países de origen deben hacer de la migración laboral una parte explícita de su estrategia de desarrollo, mientras que los gobiernos de los países de destino deben utilizar la migración de “coincidencia fuerte” para satisfacer sus necesidades laborales”.
El quinto consejo del Banco Mundial frente a la migración es gestionar los movimientos transfronterizos de forma diferente. “Utilizar la cooperación bilateral para fortalecer la concordancia de las habilidades y atributos de los migrantes con las necesidades de las economías de destino”.