La convocatoria ha sido toda una sorpresa pero sin duda ha sido una solución razonable, ante el deterioro político esperado de su liderazgo dentro del PSOE, que le culpa directamente del fiasco electoral. Incluso en algunos medios políticos próximos al PSOE se especula con la eventualidad de que no figure como candidato, siendo sustituida por su vicepresidenta Nadia Calviño.
En medios empresariales se hacen cábalas sobre cómo se solventará la cuestión de la presidencia del Consejo Europeo que, en el segundo semestre, corresponde a España. Sánchez tendrá que compartir el mandato con su sustituto, actuando hasta septiembre en funciones siendo sustituido durante los tres últimos meses por el ganador de los comicios de julio. "Una situación insólita y anómala", han declarado fuentes comunitarias.
De hecho, ha sido su gestión gubernamental, muy mal llevada, la que ha hecho el trabajo sucio, el más difícil, a Alberto Nuñez Feijóo en el 28-M, cuyo partido ha barrido en los lugares fuertes del PSOE, casi desbancándole de la presidencia de Castilla La Manca, la única presidencia de una CCAA que le ha quedado a los socialistas.
El todavía líder socialista ha perdido el plebiscito en el que había convertido, él solito, las elecciones autonómicas y municipales y ha pintado España de azul. El Partido Popular, liderado por Alberto Núñez Feijóo, ha ganado las elecciones tanto en las principales comunidades autónomas como en siete de las diez grandes ciudades.
Moderación en la Bolsa
Este lunes, la Bolsa celebraba la victoria sin darse un gran festín. El fin del "sanchismo" y de su concepción particular de España se intuye en el horizonte, según muchos empresarios.
El Partido Popular, en solo un año de liderazgo de Feijóo, ha ganado, además, en el cómputo de votos obtenidos en toda España, con una diferencia de unos 700.000 votos más que los conseguidos por el PSOE, con el 97% de los votos escrutados, como en el número de concejales. El PP supera los 22.800 representantes, frente a los 20.200 logrados por los socialistas.
Los populares consiguen casi 2.400 concejales más que en las elecciones municipales de 2019, mientras que el PSOE perdía unos 2. 200 ediles cuando quedaba algo menos del 3 % por escrutar. Los resultados dejan a España en una compleja situación de gobernabilidad al contar para lo que resta de legislatura con un gobierno de perdedores.
Al varapalo sufrido por el PSOE hay que añadir la desaparición de Unidas Podemos -su socio de un polémico y dividido gobierno de coalición-, en la mayoría de CCAA y grandes ayuntamientos.
Adiós a Ciudadanos
El tercer gran perdedor de la jornada ha sido Ciudadanos que pasa del 8,73% de los votos emitidos al 1,35 % y pierde su representación tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Madrid, donde había depositado su última esperanza de supervivencia. También desaparece del ayuntamiento de Barcelona en cuya Comunidad llegó a ser la lista más votada.
VOX, en cambio, ha duplicado su respaldo electoral en las municipales, al pasar del 3,5% de los votos en las elecciones del 2019 al 7,1% este 28-M. Aunque si bien dobla el porcentaje de votos, en cambio multiplica por tres el número de concejales al pasar del 530 en 2019 a más de 1.660 a partir de ahora.
En el País Vasco EH-Bildu es el partido más votado en Vitoria e iguala en concejales al PNV en San Sebastián. Suma 129 conejales más que en 2019, hasta los 1.391, mientras el PNV, vuelve a quedar segundo en número de concejales, 984, pero con 71 menos que hace cuatro años. Estos datos dejan abierta la puerta a las consecuencias que puedan tener de cara a las futuras alianzas de PNV y EH Bildu con PSOE y PP para la estabilidad del gobierno central.
Primera fuerza política
El PP, como partido más votado a nivel nacional, primera fuerza política en la mayoría de las comunidades donde se ha decidido el nuevo ejecutivo autonómico, da ya por hecha la derogación del “sanchismo”. Lo considera un régimen político arriesgado por sus alianzas parlamentarias y de gobierno, y considera que las elecciones han confirmado el inicio del cambio de ciclo político en España.
Los electores han castigado los indultos a los golpistas, la reforma del Código Penal para favorecer a los independentistas catalanes condenados por el Supremos, la manipulación del CNI, el CIS y RTVE. Los datos suponen también la reprobación de Pedro Sánchez por la retirada de la Guardia Civil de Navarra, la Ley del solo si es sí, la presencia en las candidaturas de EH Bildu de antiguos miembros de ETA, así como por sus tantos cambios sobre lo que no haría para alcanzar el gobierno que luego ha hecho para mantenerse en él.
Los resultados evidencian que a los candidatos socialistas en la autonómicas y municipales no les ha servido de nada su pretensión de distanciarse de Pedro Sánchez e intentar hacer de la campaña un examen a su gestión personal.
El único que ha conseguido superar la omnipresencia de Sánchez durante la campaña, ha sido el líder castellano-manchego Emiliano García-Page, a su vez el único que se ha atrevido a reprobar, en su presencia, la política de alianzas del presidente del Gobierno. La victoria de los líderes socialistas de Asturias y Canarias es considerada en este caso una cuestión menor, tendiendo en cuenta que en Canarias, Coalición Canaria podría arrebatarle el gobierno a los socialistas a expensas de una eventual alianzas con PP y VOX.
Primera vuelta
Por su parte el PP, que había dado toda la trascendencia de unas elecciones generales a las autonómicas y municipales, considera superadas todas las expectativas que su líder, Núñez Feijóo, había puesto en estas elecciones.
Los populares han conseguido vencer esta primera vuelta de las elecciones generales. Vistos los resultados, el presidente del Gobierno debería anunciar su dimisión y anticipar las elecciones como es práctica habitual en las democracias consolidadas.
Con una derrota sin paliativos, roto el gobierno de coalición desde hace meses, desaparecido el socio de gobierno de la generalidad de gobiernos autonómicos y locales en los que estaba presente, con alguna honrosa excepción, a Pedro Sánchez no lo queda más opción que convocar elecciones.
Aunque conocido su talante y su 'manual de resistencia', se opondrá a ello con todas sus fuerzas a la espera de que la visibilidad que le dará la presidencia de turno de la Unión Europea le saque del fracaso electoral en el que él personalmente, con su omnipresencia durante la campaña, se ha embarcado consiguiendo pintar España de azul.