El grupo se ha centrado así en su negocio de activos concesionales que ya aportan más del 85 % de su Ebitda, creando nuevas infraestructuras y vendiendo aquellos activos ya maduros o no estratégico. Fruto de esta rotación, fijada en su plan estratégico, en estos días atrás se ha producido la venta del 45 % del capital de la autopista irlandesa N6, así como la venta una participación mayoritaria, 49 %, de la Autopista Eresma (España)
El importe obtenido en ambas operaciones, algo más de 100 millones de euros, irá destinado a descargar deuda. En su reciente presentación de las cuentas del primer trimestre, la compañía ya advertía de un agresivo plan de desinversiones destinado a adelantar el cumplimiento de su objetivo de reducir su apalancamiento de forma drástica este año.
La deuda neta con recursos de Sacyr se situó al cierre de marzo en los 644 millones de euros. Para reducirla, el grupo plantea la desinversión de hasta el 100 % de Sacyr Facilities y al menos el 49 % de Valoriza Medioambiente, así como la rotación de activos no estratégicos de concesiones. Una propuesta que gusta al mercado, máxime en momentos delicados como los actuales ante los mayores costes financieros provocados por la subida de tipos de interés.
En estas condiciones, los expertos recomiendan comprar Sacyr con una estimación del precio objetivo que apunta hacia los 4 euros por acción, con un potencial de revalorización superior al 30 % desde su actual precio de mercado.
Entre tanto, el grupo sigue avanzando muy lentamente en el tema de igualdad. Para ello, propondrá a la junta de accionistas que se celebrará el próximo 15 de junio el nombramiento de dos nuevas consejeras independientes, Elena Monreal y Adriana Hoyos. Con estas incorporaciones, el número de mujeres en el consejo será cuatro de 14, menos de un tercio, y el número de independientes alcanzará el 50 % en la cúpula de la sociedad.