Al cierre del mes de marzo, la financiación acumulada se había situado en los 30.147 millones de euros. Las amortizaciones de títulos ascendían a 29.342 millones de euros durante el mes de abril, pero el Tesoro solo captó fondos por importe de 19.706 millones de euros. Esto ha permitido que el ritmo de captación de fondos se haya aminorado en 10.000 millones.
Después de las fuertes crisis del coronavirus y la guerra en Ucrania, la estrategia del Tesoro para 2023 contemplaba una emisión neta prevista para este ejercicio de 70.000 millones de euros, que será cubierta de forma íntegra mediante instrumentos de medio y largo plazo.
Esta financiación constituye una cantidad similar a la de 2022. Por su parte, la emisión bruta de deuda a medio y largo plazo, que integra las amortizaciones previstas, ascendería en este ejercicio hasta los 172.500 millones de euros. Estas emisiones se incrementarán un 20,4% durante el año actual.
La deuda pública se ha convertido en una de las mayores amenazas para la economía. El origen de esta inestabilidad se encuentra en la imposibilidad de todos los gobiernos en las últimas décadas para frenar en seco y erradicar el déficit público. Una brecha que supone que los gastos de las administraciones superan en cinco puntos a los ingresos por la vía de los impuestos. Está previsto que esta variable se reduzca en el presente ejercicio hasta el 4%.
Meses complicados
Los meses más complicados para la financiación del déficit en este ejercicio van a ser los de julio, con unos vencimientos de títulos por importe de 29.087 millones de euros, y octubre, con 27.016 millones de euros. En este momento, el Estado necesitaría fondos por importe de 84.684 millones de euros para la cobertura de todos los vencimientos de títulos.
Como el objetivo de financiación son 70.000 millones de endeudamiento nuevo, esto implica que hasta final de año deberían emitirse valores a medio y largo plazo por importe de 150.000 millones de euros, lo que supone algo menos de 20.000 millones al mes. La subida de los tipos de interés eleva el capítulo de los intereses de la deuda del Estado, uno de los grandes desequilibrios de las cuentas públicas en todos los años.
La deuda pública no constituye un concepto abstracto. Se trata de la financiación del déficit público que se genera por la insuficiencia de los ingresos frente a los gastos desde la misma presentación de los Presupuestos Generales del Estado. En los últimos cuarenta años, sólo en los ejercicios de 2006 y 2007 se ha producido una ligera reducción del endeudamiento de las administraciones públicas, gracias al superávit de las cuentas públicas.
Durante este año se ha producido un cambio importante en la financiación de la deuda, porque el Banco de España tendrá que reducir las cantidades acumuladas debido al programa de compra de activos aplicado por el Banco Central Europeo. Esto supone una mayor apelación a los inversores privados por parte del departamento financiero del Estado.