Una actividad que se puede ver perjudicada en el corto plazo al ser considerada especulativa. De hecho, desde el Gobierno ya se empieza a hablar de un nuevo impuesto contra el “flipping". Es decir, la compra de inmuebles para rehabilitar con el fin de venderlos luego. Una propuesta electoral que afectará sin distención al sector inmobiliario, pero sobre todo a los grandes tenedores.
De este modo, el modelo diferencial de hacer negocio y de creación de valor de Renta Corporación en las operaciones inmobiliarias se podría ver penalizado, pese a aportar soluciones destinadas a satisfacer las necesidades del cliente tal y como asegura la compañía.
Afortunadamente, en los últimos meses viene apostando por una interesante diversificación de actividades que pueden ayudar a sostener su cotización en un futuro. Entre ellas, destaca el acuerdo con el fondo de pensiones APG para lanza un vehículo especializado en activos orientados a operadores de atención a la tercera edad en las principales ciudades españolas. Este negocio, si fructifica, le permitirá tener importantes ingresos recurrentes.
De momento, sin embargo, la acción sigue sin levantar cabeza. Cualquier amago de recuperación se ve pronto diluido. En el acumulado del año pierde cerca de un 3 % para situarse muy cerquita de los mínimos históricos, su principal soporte técnico en la actualidad.
Eso hace que su perfil técnico no sea nada halagüeño y el valor deberá encontrar pronto nuevos catalizadores si quiere salir del pozo actual. Uno de ellos sería ir confirmando en los próximos trimestres su crecimiento para cumplir con su objetivo de duplicar su beneficio en 2023, hasta los 7,7 millones de euros, tal y como ha anunciado tras la presentación de sus cuentas trimestrales.