Hace un mes, Neinor ponía negro sobre blanco su plan estratégico hasta 2027 con una promesa: repartir 600 millones de euros, de los que 200 -el doble que el año pasado- se distribuirán en 2024. Tanta agresividad contrasta con unas previsiones de beneficios conservadoras, que pasan por alcanzar 90 millones en 2023 y bastante menos, 70 millones, en 2026. El dividendo por lo tanto es prioritario.
Neinor quiere dar a sus accionistas un retorno de nada menos que el 15%. Un porcentaje muy ambicioso que se situaría muy en línea con el otro gran competidor en el negocio promotor como Aedas. Por su parte, la tercera gran promotora cotizada, Metrovacesa, pagará este viernes 0,33 euros por acción con cargo a reservas. La compañía ya desembolsó 1,05 euros en diciembre, la cifra más elevada desde su salida a bolsa en 2018.
En el doble dígito de rentabilidad por dividendo también está Lar España. El especialista en centros comerciales se sitúa alrededor del 10% con una política de retribución que parece blindada por la buena evolución de la actividad. Si a la generosa política de pagos se une la sempiterna expectativa de que el fondo sudafricano Vukile se decida a lanzarse por el grupo español, se entiende la fortaleza en bolsa este año de Lar, que sube a doble dígito a pesar del momento difícil del sector.
“De lo que se trata es de disipar dudas. Las compañías quieren lanzar al mercado el mensaje de que, a pesar de los vientos de cara, tienen toda la confianza de que podrán sacar adelante sus planes de negocio y de que, por lo tanto, el dividendo no está en peligro. Es un asunto capital después de los precedentes este año de LEG Inmobilien y de SBB, que han suspendido los pagos y han llenado de dudas a los inversores”, señalan fuentes bursátiles.
Precio muy alto
Efectivamente, el sector ha pagado un precio muy alto por el anuncio de la inmobiliaria sueca de retrasar los pagos y de retrasar la emisión de derechos por valor de 235 millones. Una situación que compromete su posición de liquidez y que ha puesto en guardia a los grandes fondos internacionales, que ya pusieron al sector en duda en marzo, cuando LEG Inmobilien suspendió la retribución, en pleno comienzo de la gran tormenta financiera.
“Hay una duda, y es si puede haber más cisnes negros en el sector inmobiliario europeo. Los tipos de interés van a seguir subiendo al menos hasta julio, y eso va a poner mucha presión. De momento, las cuentas del primer trimestre que se conocen de las inmobiliarias españolas no son para tirar cohetes, pero tampoco son malas”, señalan fuentes del sector que señalan que con las actuales valoraciones están detectando interés de algunos grandes fondos.
El momento es complicado, porque el todavía incierto escenario de tipos en la zona euro y, en clave local, la Ley de Vivienda que tiene en vilo a los grandes inversores -va a mantener el mercado muy parado hasta las elecciones generales de noviembre- provocan mucha incertidumbre. Pero también puede ser una oportunidad de oro para los inversores que apuesten porque el fin de la subida del precio del dinero está cercano.
“Valores como Lar, Metrovacesa, Neinor y Aedas están subiendo en bolsa en lo que va de 2023 mientras que, por el contrario, las dos grandes socimis, Merlin y Colonial, sí están en pérdidas. Estamos viendo un sector a dos velocidades muy distintas dependiendo de la evolución reciente de las compañías y, por lo tanto, del atractivo de sus valoraciones”, señalan fuentes bursátiles. De momento, las expectativas de dividendo marcan diferencias.