De momento, ha sorprendido muy gratamente al mercado con sus cuentas trimestrales. A pesar de la inclusión del nuevo impuesto temporal a las energéticas, el beneficio neto entre enero y marzo ha rondado los 600 millones de euros, un 76 % más, impulsado por la generación de gas y renovables, donde ha destacada la producción de energía hidroeléctrica.
Una excelente evolución marcada por la progresiva normalización de la comercialización en los mercados de electricidad y gas. De hecho, la consolidación de la cartera de clientes del mercado liberalizado, en especial los domésticos, ha permitido mejorar el desempeño del negocio de comercialización del grupo.
En electricidad, Endesa cierra en 6,8 millones de clientes eléctricos liberalizados con un alza del 7 %, sustentada en la positiva evolución del segmento doméstico. Las ventas a cliente minorista crecieron hasta 6,2 TWh, sobre el total de 19,5 TWh de ventas a clientes del mercado libre de la compañía.
Endesa cubre ya el 77 % del volumen de las ventas a clientes liberalizados a precio fijo con fuentes de generación no emisoras (renovable y nuclear). El objetivo marcado en el plan estratégico 2023-2025 presentado el pasado noviembre es alcanzar el 95 % al cierre del período.
Aunque la deuda ha experimentado un ligero crecimiento respecto al trimestre anterior, manteniendo la tendencia observada en los últimos años, sus niveles de apalancamiento siguen bajo control. En concreto, deuda financiera neta/ebitda se mantiene en dos veces, igual que a cierre de 2022.
La deuda bruta, por su parte, se reduce un 9 % gracias a la normalización de los precios del gas y la consiguiente menor exigencia de colaterales. El coste promedio del pasivo se sitúa en un 2,8 % en un contexto de tipos de interés al alza.
Energía solar y fotovoltaica
Respecto a las expectativas y factores a tener en cuenta para el futuro, los analistas destacan su plan a 2030 enfocado a los negocios de energía solar y eólica, los cuales son más rentables que las centrales de carbón e implican continuar la tendencia de limitación de las emisiones de dióxido de carbono.
En este sentido, se prevén inversiones por más de 30.000 millones en la red de distribución. Eso supone un porcentaje muy alto dentro de su volumen de negocio. En esta línea, la empresa anuncia que el reparto de dividendos pasa del 100 % al 80 % de su beneficio neto, esperando un crecimiento moderado en los próximos años de la rentabilidad por acción.
Pero no todo es color de rosa. El grupo energético sigue envuelto en un entorno de altas incertidumbres que amenaza su actividad. Los expertos consideran que pese a la notable mejoría del negocio todavía presenta potenciales riesgos que conviene vigilar. Entre ellos destacan la evolución de los precios de las materias primas; los derechos de emisión de CO2, los imprevistos y retrasos que se puedan dar en la puesta en marcha de sus nuevas inversiones.
Otro de los factores a tener en cuenta será la evolución de los tipos de interés u otros cambios que afecten al marco regulatorio de Endesa en España, como el nuevo impuesto a los beneficios, ya que esta empresa tiene una exposición mayor a nuestro país que otros competidores.
Con todo, la gran mayoría de analistas se muestran moderadamente optimistas respecto a su cotización en Bolsa. Según la consultora FacSet, 14 de las 23 casas de análisis que siguen a la compañía recomiendan comprar o sobreponderar con una estimación media de precio objetivo cercana a los 22 euros por acción. Esta valoración supone una subida potencial del orden del 10 % a sumar al más de 12 % de revalorización que acumula ya en el conjunto del año.