Los co­mi­cios y la Ley de Vivienda re­ducen las ór­denes de compra

Los fondos de inversión ponen en cuarentena al Ibex-35 con las elecciones a la vista

La bolsa es­pañola lo hace sen­si­ble­mente peor que el resto de Europa en abril

Ibex 35.
Ibex 35.

Que el Ibex-35 arrastra un dé­ficit his­tó­rico de com­por­ta­miento res­pecto al resto de bolsas eu­ro­peas es de sobra co­no­cido. Pero lo preo­cu­pante es que la hor­quilla se siga abriendo en el al­cista primer tercio de 2023, en el que el se­lec­tivo es­pañol es el que menos sube entre los grandes ín­dices de la zona euro. Mientras el CAC 40 francés acaba de firmar má­ximos his­tó­ricos y el DAX alemán los ronda, el Ibex deam­bula por los 9.240 pun­tos.

Es decir, a años luz todavía del récord de casi 16.000 puntos del año 2007. Sería arduo y largo enumerar las razones que provocan este desfase tan extraordinario. Pero sí es mucho más fácil de explicar por qué se está ampliando aún más en las últimas semanas. Una primera explicación técnica tiene que ver con la propia composición del Ibex 35, donde los bancos tienen un enorme peso.

Lógicamente, la crisis provocada por la caída de Silicon Valley y el rescate de Credit Suisse ha pasado factura. Además, no le sobran precisamente al índice español valores como las firmas de lujo o las grandes farmacéuticas que están tirando del resto de los valores europeos. Hasta ahí, nada que objetar. Pero no todo se justifica por el reparto de poder de los distintos sectores en el Ibex 35.

“Estamos viendo un parón de las compras de los grandes fondos. Un frenazo que se ha hecho especialmente visible desde que el Gobierno y sus compañeros de viaje esta legislatura dieron luz verde a la recién aprobada Ley de Vivienda. Con ellas, los fondos extranjeros han dado por empezada la campaña electoral y están aplicándose cada día más a la tarea de nadar y guardar la ropa”, señalan en un gran bróker nacional.

Factor político

Efectivamente, el factor político empieza a pesar de forma determinante. La proximidad de las elecciones locales no está provocando una gran salida de papel, pero sí ha sido más que suficiente para poner plomo en los pies del Ibex 35. Mientras las bolsas europeas han subido con moderación, pero cierta alegría en abril, el índice español ha cerrado el mes totalmente plano.

Ahora sube en torno a un 12% en 2023, por debajo del casi 15% del CAC 40, el 13% del DAX alemán o el casi 14% el EuroStoxx 50 de los grandes valores de la zona euro. No importa tanto la diferencia entre unos y otros, que desde luego no es escandalosa, como la tendencia, que se está agudizando en las últimas semanas. Los inversores están asignando a la bolsa española un nivel de riesgo más alto que al resto. Algo que también se ha trasladado al mercado italiano en el mes recién acabado.

“Los inversores internacionales temen que, hasta las elecciones generales de noviembre, el Gobierno pueda hacer nuevas cesiones a sus socios de Gobierno en materia económica si las cosas se ponen feas. Es decir, si el Ejecutivo es duramente castigado el 28 de mayo. El mercado cree que la Ley de Vivienda es un buen ejemplo de cómo se pueden sacar adelante leyes muy controvertidas y de dudoso efecto positivo”, señalan en una gran gestora nacional.

Los expertos creen que la cautela se irá ampliando a medida que se acerquen las elecciones locales y relegue un poco más a los índices españoles. Hay un temor nada disimulado a que, ahora que Bruselas vuelve a apretar las clavijas a España con la reactivación de las reglas fiscales -exige un ajuste adicional de 7.000 millones de euros para combatir el déficit-, el calendario electoral ponga en solfa estos esfuerzos.

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