No en vano, el grupo ya logró cerrar el año pasado con un beneficio de 431 millones de euros tras multiplicar casi por tres sus ingresos, otra vez por encima de los 23.000 millones de euros tras las restricciones de movilidad.
Cifras que la compañía aérea seguirá mejorando este año, lo que lleva a pensar que el mercado está infravalorando su potencial. Argumentos como este han llevado a JP Morgan a subir en marzo su estimación de precio objetivo sobre IAG hasta los 2,2 euros por acción con recomendación de comprar. Esta valoración le confiere al valor un potencial alcista de más del 25 %.
Una opinión cada vez más extendida entre los expertos del mercado al considerar que la recuperación de los resultados de IAG está siendo subestimada gracias a un nivel de precios consistentes y unos costes más normalizados, sobre todo tras la moderación experimentada por los precios de los combustibles estos meses atrás.
No obstante, también hay voces discordantes ante los posibles efectos negativos de la adquisición de Air Europa ante la fuerte deuda que asume con esta incorporación. El elevado apalancamiento del grupo hispanobritánico es precisamente uno de los grandes focos de preocupación tras cerrar el año pasado con una deuda neta de cerca de 10.400 millones de euros.
Una carga que, según la mayoría de los expertos, podrá sobrellevar gracias a su sólida fortaleza de balance y el crecimiento previsto de la demanda en los próximos años, incluso en los peores escenarios marcados por la recesión de la economía.
La recuperación del nivel de los 2 euros, sin embargo, son palabras mayores desde el punto de vista técnico. En esa cota encuentra una zona de gran resistencia que no será fácil de superar. Si lo hace podría irse hacia los 2,3 euros. En caso contrario corre el riesgo de deslizarse hacia su actual suelo en 1,5 euros,