Monitor de Latinoamérica

El área in­vierte sólo el 1,8% del PIB en ese ca­pí­tulo y arrastra un dé­ficit cró­nico

Sólo la incertidumbre jurídica impide más inversiones españolas en Latam

El BID señala que el área debe du­plicar sus in­ver­siones para re­ducir la brecha

Ampliacion Canal de Panamá
Ampliacion Canal de Panamá

Latinoamérica ne­ce­sita re­ducir de forma ur­gente el dé­ficit que man­tiene en in­fra­es­truc­tu­ras, iden­ti­fi­cado tanto por go­biernos de la re­gión como por or­ga­nismos in­ter­na­cio­nales como au­tén­tico ‘talón de Aquiles’ y uno de los grandes desafíos para el cre­ci­miento y desa­rrollo eco­nó­mico. Esta pers­pec­tiva ofrece nuevas opor­tu­ni­dades a las em­presas es­paño­las, desde cons­truc­toras y de sa­nea­miento y ges­tión del agua a ener­gé­ticas y tec­no­ló­gi­cas, ya muy pre­sentes en el área en todos los ru­bros vin­cu­lados a in­fra­es­truc­tu­ras.

Y todo ello en un momento en el que el BID acaba de recordar que el área precisa invertir el doble en infraestructuras para superar el retraso secular en un capítulo clave para sus economías. Durante su reciente Asamblea de Gobernadores en Ciudad de Panamá, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), llamó a actuar con celeridad para reducir la brecha en infraestructuras, que se extiende tanto a calidad como cantidad de las mismas, y solventar lo que calificó de atraso histórico de la región.

Gran presencia española

Para las empresas españolas, este impulso a las infraestructuras que busca y precisa la región, y el impulso a las asociaciones público-privadas representa una buena noticia para crecer en, para la mayoría de ellas, su principal mercado de internacionalización, y en un momento en el que las firmas chinas emergen como grandes rivales en la región en el capítulo de infraestructura.

Las grandes compañías españolas de infraestructura, energía y saneamiento operan ya, y con proyectos clave en muchos países (metro, red vial y puentes, aeropuertos, puertos, tendidos eléctricos, gasoductos, parques renovables…) en amplia parte de Latam.

Allí está Sacyr, cuyos ingresos proceden ya en un 47% de Latam, y que en 2022 obtuvo la segunda concesión de la Autopista Santiago-San Antonio y la mejora del puente ferroviario Biobío en Chile y la red vial del Valle del Cauca y la recuperación de Canal del Dique en Colombia.

O Acciona, para quien la región representa un 27% de su facturación; OHLA, para la que Latam es el 20,6% de su cartera de construcción; ACS, FCC, Ferrovial, Azvi, Duro, San José, Grupo Puentes, Agbar, Iberdrola, Naturgy, Redeia…

Cumbre, más palabras

Durante la última Cumbre Iberoamericana, líderes políticos y empresariales llamaron a impulsar de forma prioritaria el desarrollo de infraestructuras y a promover la vía de las alianzas público-privadas. Para recortar el déficit en este terreno, casi todos los países del área se han dotado de nuevas normativas más ágiles de APP que faciliten acometer obras a las que los estados por sí solos tienen muy difícil llegar financieramente, dada la gran inyección de capital requerida, notablemente en obras de construcción y red eléctrica, donde se pretende ya fortalecer el rol de la inversión privada.

Menos que otras regiones

Según el BID, Latam ha invertido menos en infraestructura que otras regiones en desarrollo en las últimas décadas, el 1,8% de su PIB, menos de la mitad que las economías emergentes de Asia. Por ello, la entidad juzga que la región necesitaría dedicar al menos el 3,12% del PIB durante 10 años para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y llamó a elevar la inversión en infraestructura física y digital sostenible. Una inversión, tanto pública como privada, que ya se había desacelerado durante la pandemia y que lastra la productividad regional y el atractivo para la inversión.

Ya antes del impacto del Covid, el BID y la CAF hablaban de la necesidad de que Latam duplique sus inversiones en infraestructura de forma constante durante los próximos 30 años, para pasar de la media (entonces) del 2,4% del PIB al 5%, lo que supondría unos 300.000 millones de dólares anuales.

“Necesitamos expandir y actualizar la infraestructura física y digital. Lo digital también es muy importante para reducir costes comerciales, de transporte y para poder brindar a los ciudadanos los servicios que legítimamente reclaman en los últimos años. Y se precisan infraestructuras que sean resistentes al clima y frente a los desastres naturales”, ha destacado el nuevo presidente del BID, Ilan Goldfajn, no sin resaltar que en Latam únicamente dos quintas partes de los hogares tienen acceso a Internet y sólo dos terceras partes de la población tiene acceso a la banda ancha móvil. Además, y según el ente, más de 300 millones de personas carecen de acceso a agua potable y saneamiento seguro (más del 50% de la población) y el 20% de la red vial primaria pavimentada está en malas condiciones.

Un reto gigantesco en un momento en el que el BID prevé que Latam apenas crezca el 1% en 2023 mientras encara el desafío de crecientes demandas sociales, la necesidad de reducir la elevada inflación y bajar la carga de la deuda pública. En 2022, la región alcanzó un crecimiento mejor de lo esperado, de 3,9%, tras el fuerte rebote en 2021 que siguió a la histórica recesión de 2020. “En general, 2023 será difícil para Latam, dada la complejidad del escenario global y sus importantes incertidumbres en el escenario global”.

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