Los funcionarios del organismo internacional han elaborado una nota sobre el impacto macroeconómico de la inseguridad alimentaria y energética, que va a constituir un documento de trabajo del G-20. El documento advierte que la pandemia primero y la guerra en Ucrania después han provocado una espiral alcista en los precios de los alimentos y la energía y un incremento en la volatilidad de los precios de las materias primas.
“De forma preocupante, las fluctuaciones al alza y a la baja de los precios de las materias primas podrían plantear desafíos económicos en los próximos años”, señalan el informe. El documento ha sido elaborado por el economista del departamento de Europa Adil Mohommad, el representante residente del fondo en Armenia Mehdi Raissi, el analista de la División de Supervisión Multilateral del Departamento de Estudios Kyuho Lee y la oficial principal de Investigación en el Departamento de Estudios del fondo Chanpheng Fizzarotti
Fluctuaciones en precios
Y aseguran que “estas fluctuaciones en los precios de las materias primas pueden perjudicar el crecimiento económico a largo plazo, en especial para los exportadores de materias primas. Por ejemplo, la mayor volatilidad de precios de las materias primas podría inducir una mayor volatilidad en las finanzas públicas de los países exportadores de materias primas y, por tanto, dar lugar a inversiones públicas intermitentes. A su vez, esto perjudicaría la inversión tanto en capital humano como en capital físico”.
La volatilidad de precios de las materias primas puede afectar al rumbo de la inflación a medio plazo, como sucede cuando la volatilidad de precios de bienes importados se traslada a los precios internos y eleva la inflación de ese país.
“Los desafíos derivados del aumento de la volatilidad de precios de las materias primas se suman a los problemas provocados por el aumento en los niveles de precios. Los precios mundiales de las materias primas alimentarias se incrementaron casi un 40% en los dos años anteriores a la invasión rusa de Ucrania, y la guerra ha impulsado los precios aún más al alza”m señala el informe.
“Los precios del trigo crecieron un 38% en marzo de 2022 respecto al mes anterior. Los precios de la energía aumentaron con fuerza y, en Europa, los precios del gas natural se han triplicado. Los altos precios de la energía también se han hecho sentir en los precios históricos de fertilizantes de uso común para la producción de alimentos”, advierte del documento.
Las recetas que aconseja el FMI se dirigen en varias direcciones. Por un lado, una política monetaria centrada en reducir la inflación, sumada a una política fiscal que se endurezca de forma gradual y constante con el objetivo de reducir la presión sobre la política monetaria en busca de reducir la inflación. Además, y como ya se ha comentado en otras ocasiones, se debería suprimir los subsidios de precios para evitar el traslado a los precios internos y sustituirlas pos apoyo a los hogares vulnerables.