Los precios del petróleo se vieron lastrados por las perspectivas económicas inciertas de Estados Unidos y Europa ante las dificultades para frenar la inflación. El petróleo Brent rebajó su cotización media hasta los 81 dólares por barril, lo que supone un 21% menos que en el primer trimestre del 2022, con un descenso notable en marzo, hasta los 72 dólares derivada de la crisis bancaria vivida a mediados de mes.
Respecto al gas Henry Hub, se pagó a una media de 3,4 dólares por MBtu, un 32% inferior a la de los mismos meses de 2022. “Nuestro modelo de negocio integrado así como el cumplimiento y la ambición de nuestro plan estratégico, están siendo fundamentales para obtener resultados sólidos”, ha declarado el consejero delegado, Josu Jon Imaz.
Según la compañía, todas las áreas de negocio han logrado resultados positivos. En los casos de Cliente, Industrial y Generación baja en carbono, estuvieron por encima de los obtenidos en el mismo periodo del ejercicio anterior. Por su parte, la actividad de exploración y producción reflejó un descenso considerable provocado por la caída de los precios de los hidrocarburos.
Buen comportamiento del modelo integrado
El modelo integrado de Repsol jugó un papel indispensable para que, con todo ello, el resultado ajustado que mide el funcionamiento de los negocios sumase 1.891 millones de euros. El entorno internacional continuó estando influido por la invasión de Ucrania y las sanciones impuestas a los productos rusos.
Respecto a la producción, la petrolera ha alcanzado una producción media de 608.000 barriles diarios en el primer trimestre de este año, con lo que va camino de aproximarse a los 650.000 barriles que tiene establecidos en su actual plan estratégico. En el ejercicio pasado, la compañía redujo su nivel de extracción -registró una media de 550.000 barriles diarios-, tras la venta de una serie de activos pero ha vuelto a recuperar la musculatura de la actividad.
Latinoamérica con 263.000 barriles diarios y América del Norte con 221.000 barriles -un 40% superior-, se han convertido en las dos zonas que aglutinan en la actualidad el grueso del nivel de extracción de la compañía. Europa, África y el resto del Mundo han producido solo 123.000 barriles diarios, un 2,4% menos que en el primer trimestre de 2022.
El margen del refino es la partida en la que Repsol concentra también parte de sus beneficios. En el primer trimestre de este año, el margen de refino se situó en 15,6 dólares el barril, un 129% más que en igual periodo del año pasado.
Repsol prolongó durante todo el trimestre los descuentos que venía aplicando en sus estaciones de servicio. Sumando el conjunto de 2022 y los tres primeros meses de 2023, la compañía ha ofrecido ahorros adicionales para sus clientes cercanos a 550 millones de euros.
Remuneración a los accionistas
En cuanto a la remuneración a los accionistas la compañía abonó en enero pasado un dividendo en efectivo de 0,35 euros brutos por acción. Esta misma cantidad se repartirá en julio próximo tras su aprobación por parte de la junta general, cuya celebración está prevista para el próximo 25 de mayo. Con estos pagos, en 2023 se incrementará un 11% la remuneración hasta los 0,70 euros por título, con lo que se adelanta el objetivo previsto por el plan estratégico para 2024.
A este dividendo se añadirá, antes de final de julio, una nueva reducción de capital de 50 millones de acciones propuesta por el consejo a la próxima junta, tras haberse reducido el capital en 200 millones de títulos en el ejercicio de 2022.
La compañía mantuvo una sólida generación de caja de 1.827 millones de euros, unos 736 millones de euros superior al mismo periodo de 2022. La petrolera redujo se deuda neta hasta situarla en 880 millones de euros, unos 1.376 millones inferior a la del cierre de 2022, tras recibir los ingresos por la venta del 25% de la unidad de exploración y producción al inversor estadounidense EIG.