Todos quieren su trozo del pastel, sea en forma de captación de clientes de Credit Suisse o de banqueros de la entidad. Se especula que en los días álgidos previos al rescate el banco pudo sufrir fugas de más de 100.000 millones de euros en activos bajo gestión, en línea con lo que perdió en el último trimestre del año pasado. Y el goteo puede haber continuado hasta hoy en un negocio que navega en aguas tan procelosas como el de la banca privada.
En España, un mercado con más de 630.000 millones de euros bajo gestión, los movimientos son intensos porque nadie quiere quedarse fuera de la foto. El simple recuento de los movimientos de las últimas semanas demuestra que hay mucho mar de fondo. Mirabaud ha acaparado la atención con el fichaje de un peso muy pesado como Pedro Dañobeitia como director general para liderar el negocio de grandes patrimonios.
Directivos en alza
Procedente de Deutsche Bank, Dañobeitia tiene como objetivo devolver a la velocidad de crucero al banco suizo en España. Mirabaub ha sufrido en los últimos años por la pérdida de profesionales (alrededor de la mitad) y la reducción a casi la mitad del patrimonio gestionado en nuestro país, que en 2021 alcanzaba los 1.500 millones de euros. Ahora, en pleno proceso de reconstrucción, quiere levantar el vuelo.
Lo está haciendo sin reparar en gastos, en un movimiento que tiene réplica en la competencia en pleno terromoto por la caída de Credit Suisse. Por ejemplo, desde esta entidad Lombard Odier acaba de incorporar a Honorato Morales Martín-Cobos. "En un sector muy dinámico de por sí en movimiento de profesionales, estamos viendo un importante trasiego de banqueros senior que va a continuar", señalan fuentes del sector.
La batalla es de enorme calado por un sector en el que se prevén crecimientos que podrían rondar el 6% anual, según distintas estimaciones. Nadie quiere perder el paso, incluídos los grandes líderes españoles Santander (que busca activamente en el caladero de profesionales de Credit Suisse) y CaixaBank, que gestionan alrededor de 125.000 y 115.000 millones de euros, respectivamente, en un negocio que bulle en España.
En un escalón inferior se situaría BBVA, y más abajo las entidades medianas o Banca March. Algunos bancos como Sabadell quiere llegar a los 100.000 clientes este año, mientras que Banca March ha señalado que su objetivo hasta 2025 es aumentar un 30% los activos bajo gestión en banca privada.
Expectativas muy ambiciosas que pasan en todos los casos por robar parte del pastel a la competencia, que pelea a brazo partido por mantener sus cuotas.
A la espera de la resolución del 'caso Credit Suisse' -Singular Bank, el banco liderado por el ex CEO de Santander, Javier Marín, podría tener ventaja en una potencial venta de la unidad-, todo el sector vela armas ante la gran batalla de 2023 que será crucial para definir el mapa de poder en banca privada en España de lo que queda de década. Con el talonario preparado, las entidades van a mostrar su cara más agresiva.