La ope­ra­dora pú­blica fe­rro­viaria ba­talla para man­tener sus altas cuotas de mer­cado

Renfe responde a la competencia con una ofensiva en todas sus actividades

Apuesta por la Alta Velocidad y Cercanías, en in­ter­na­cio­nal; y ‘low cost’ en el mer­cado in­terno

El cuento de Renfe.
El cuento de Renfe.

La vieja Renfe, pa­siva y a la de­fen­siva ante el au­mento de la com­pe­ten­cia, pa­rece haber que­dado atrás de­fi­ni­ti­va­mente para con­ver­tirse en un ope­rador de ám­bito in­ter­na­cio­nal. La com­pañía que pre­side, desde fe­brero, Raúl Blanco, se ha puesto manos a la obra para no solo re­for­zarse en España sino tam­bién, con­ver­tirse en un ope­rador pan­eu­ropeo global de trans­porte por fe­rro­ca­rril en todas sus ver­tientes de pa­sa­jeros (Cercanías, ve­lo­cidad alta y alta ve­lo­ci­dad) como de mer­can­cías. Su ob­je­tivo fi­nan­ciero, ob­via­mente, es huir de los dé­fi­cit.

Frente a la entrada de las operadores francesa e italiana en el suculento mercado español de alta velocidad a través de sus participadas Ouigo e Iryo respectivamente, Renfe ha respondido con el lanzamiento de Avlo, su propia low cost, y la redefinición de AVE como servicio de alta calidad y precio.

Los trenes morados de Avlo recorrerán todas las líneas de alta velocidad españolas y harán paradas en todas las estaciones. Con billetes desde 7 euros por trayecto y la garantía de un servicio sin tacha desde 1992 es de prever que el mercado responderá positivamente a su oferta.

A cambio, AVE se convierte en una especie de compañía business que hará más hincapié en los enlaces directos entre destinos cabecera de cada línea con el fin de que sus usuarios, de mayor ingreso por pasajero, vean reducido el tiempo del viaje.

En el negocio de Mercancías, Renfe se prepara ya para crecer, entre otros, en el Corredor Mediterráneo que aún está en pleno desarrollo. La operadora ferroviaria española acaba de adjudicar a la suiza Stadler Rail doce locomotoras de ancho estándar por 136 millones de euros en los que se incluye tanto la compra como el mantenimiento durante quince años.

Tras recibir la autorización del Consejo de Ministros, que tiene que compensar los negocios deficitarios de la ferroviaria con aportaciones presupuestarias, Renfe puso en marcha la última ‘pata’ de su plan estratégico: la creación de sus filial internacional con la que operar en los mercados exteriores. La nueva Renfe Proyectos Internacionales cuya estructura organizativa y ejecutiva deberá conocerse antes de que acabe el presente mes, cuenta con 2,3 millones de euros de capital social.

El desembolso de este capital se ha realizado mediante la aportación no dineraria y posterior integración de dos sus filiales más destacadas: Renfe América y la operadora privada checa, Leo Express, participada por Renfe en un 50%.

Objetivo, Alemania

Mientras el resto de las filiales y oficinas internacionales que Renfe tiene establecidas se incorporan a la nueva RPI, en Europa, los proyectos apuntan a otro de los servicios punteros de la operadora española: las Cercanías o, como se denominan en los mercados internacionales, las Obligaciones de Servicio Público (OSP).

El objetivo que se ha marcado la compañía pública española es operar las Cercanías de Alemania, República Checa, Eslovaquia y Polonia cuyos procesos de liberalización están en curso o a punto de arrancar.

Contar con Leo Express en la zona permite a la operadora española contar con capacidad de implantación local, experiencia, equipo, o referencias en esos países que, en la mayoría de los casos, son imprescindibles para poder acceder a esos concursos de privatización.

Tras comprar el 50% de la checa Leo Express, RPIU se encargará de liderar el desarrollo de su negocio en la República Checa, Eslovaquia y Polonia. Además, su ‘plataforma’ checa aporta a la empresa española los recursos y, sobre todo, las licencias que necesita para desembarcar en el mercado alemán.

Leo Express inició operaciones en 2012 en República Checa donde se ha adjudicado varias licitaciones de Cercanías (OSP): A partir de ahí ha extendido su actividad a Eslovaquia y Polonia. En Alemania opera un servicio open access de larga distancia entre Berlín y Stuttgart para FlixTrain desde 2017.

Renfe América, creada en 2019 con un capital de más de 470.000 euros está centrada en el asesoramiento para la ejecución de la línea de alta velocidad entre Houston y Dallas en el estado de Texas (EE.UU.). La línea, de 386 kilómetros de longitud, podrá ser cubierta en menos de 90 minutos.

Mientras se desarrolla el ‘ave texano’ RPI sigue a la búsqueda de nuevos negocios en Estados Unidos. Aunque no es el único gran mercado al que opta. De hecho, Renfe ha obtenido el denominado PQQ Passport, el documento del Departamento de Transporte del Reino Unido que le permite participar en los concursos de liberalización ferroviaria.

Renfe Proyectos Internacionales (RPI) es socio estratégico de la promotora del proyecto, la empresa Texas Central Railroad. La alianza contempla que Renfe asesore y dirija el diseño, la planificación y la construcción de la línea. Una vez concluida esa etapa, RPI se encargará de la operación comercial y el mantenimiento de la línea. Se trata del primer proyecto de alta velocidad ferroviaria en el mundo mayoritariamente privado. Se prevé que la línea genere 10.000 empleos en la fase de construcción y más de mil empleos directos permanentes durante la explotación.

La empresa española quiere aprovechar (y vender fuera) su experiencia. De hecho, la compañía es un referente mundial en Alta Velocidad. Actualmente, RPI tiene dos participa en dos macroproyectos para operar el tren de alta velocidad en el extranjero: el de Texas y el ‘Ave a La Meca’ en Arabia Saudí.

El desarrollo de la Alta Velocidad en Arabía Saudí, entre La Meca y Medina, es el primer tren de estas características de Oriente Próximo. El proyecto está gestionado por un consorcio de doce empresas españolas y dos locales, del que Renfe es el máximo accionista. La filial saudí de la compañía cuenta con 484 trabajadores, 400 de ellos locales, y un tercio de ellos, mujeres de las que destacan las 34 primeras maquinistas saudíes de la historia, seleccionadas tras pasar un proceso al que se presentaron más de 28.000 candidatas.

Francia, la china en el zapato

Desde que hace un año la operadora ferroviaria francesa (pública) SNCF decidió de forma unilateral no renovar el acuerdo con Renfe para prestar sus servicios de alta velocidad de forma conjunta entre ambos países, la operadora española solicitó los permisos pertinentes a las autoridades galas para operar en solitario a partir del presente año. El objetivo es que los viajeros puedan disfrutar de alta velocidad entre Francia y España.

El problema desencadenado por SNCF fue uno de los aspectos tratados en la cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona el pasado enero. En ella, el ministro de Transportes galo, Clément Beaune, se comprometió ante su homóloga española, Raquel Sánchez, a que los trenes de alta velocidad españoles puedan circular hasta París antes de que acabe 2023.

Tras la cumbre, parece que otros de los proyectos de la operadora española han sido desbloqueados. Entre ellos el servicio -antes de este verano- en los trayectos Barcelona-Lyon y Madrid-Marsella (ya en pruebas).

Francia, además, expresó su compromiso de permitir que Renfe empiece a operar entre Lyon y París antes de que termine del año.

El pasado 16 de enero, Renfe inició las pruebas de sus trenes AVE que circularán entre España y Francia. El primer recorrido inició la marcha desde Barcelona Sants, con paradas intermedias en Girona, Figueres Vilafant, Perpignan, Narbonne, Montpellier, Nimes y Valence TGV, hasta llegar a Lyon este mediodía.

Las pruebas mencionadas en el argot ferroviario como ‘marchas en blanco’, consisten en reproducir las características del servicio comercial, para demostrar la solvencia operacional.

Previsiones para 2023

Según la opoeradora, "de cara al ejercicio 2023, Renfe prevé recuperar la demanda de viajeros en servicios comerciales anterior a la pandemia. Así, los ingresos totales presupuestados ascienden a 4.622 millones de euros, lo que supone un incremento del 9,6% respecto a la previsión de cierre de 2022. La mayor parte de los ingresos (2.594 millones de euros) corresponde a la venta de títulos de transporte de viajeros y mercancías (supone una previsión de incremento del 14% sobre la previsión de cierre de 2022).

La otra vía importante de ingresos procede de la compensación por la prestación de obligaciones de servicio público en el transporte de viajeros, correspondientes tanto a la Administración General del Estado como a la Generalitat de Cataluña, por la que se espera devengar en 2023 un total de 1.559 millones de euros, informa la sociedad.

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