Por su parte, Alberto Núñez Feijóo, cuyo programa electoral de más de 100 páginas está lleno de medidas económicas, no alude a ellas en prácticamente ninguna de sus intervenciones de la precampaña electoral y no cesa de criticar al ocupante de la Moncloa por lo que considera sus principales errores, sus socios de gobierno y las leyes aprobadas a la ligera. Entre ellas la Ley del sí es sí, sobre cuyos errores finalmente Sánchez pedía perdón, tras solicitarlo insistentemente el líder popular.
El último ejemplo de esta paradoja se ha producido este domingo. El presidente del Gobierno izaba la bandera de la vivienda como argumento para las elecciones de mayo durante la conferencia municipal del partido socialista celebrada durante el fin de semana en Valencia.
Después de estar cuatro años en el Gobierno sin tomar decisión alguna sobre las viviendas de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, Sánchez anunciaba la movilización de hasta 50.000 viviendas de la Sareb para alquiler asequible y se comprometía a elevar del 3 al 20 % la vivienda pública en España.
El anuncio llega después de que el Gobierno haya alcanzado con sus socios de gobierno, Unidas Podemos y ERC y EH Bildu, un pacto para aprobar durante la actual legislatura la ley de vivienda en el Congreso de los Diputados. Sánchez lo asume como el gran activo electoral para la campaña de las municipales y autonómicas del PSOE.
El presidente no ha especificado como se llegará, ni cuando, a este 20% de vivienda pública, objetivo que se presupone harto difícil de poder alcanzar teniendo en cuenta que, en un país como España con 25 millones de viviendas, cumplir con su compromiso supondría llegar nada menos que a 5 millones de viviendas públicas. Sin duda, muy complejo de poder conseguir, por no decir imposible.
La dificultad para poder alcanzar estos objetivos la reconocía el propio presidente en su intervención en Valencia al denunciar que la actual situación es “un problemón porque la vivienda en España es un derecho constitucional, pero no real, lo que hace que nuestros jóvenes tengan edades inaceptables para acceder a una vivienda y emanciparse".
Si queremos saber cómo se va a conseguir este objetivo no servirá de nada leer con detenimiento las 80 medidas aprobadas en el programa municipal que ha aprobado el PSOE para estas elecciones. Allí se habla de municipios sostenibles, municipios sociales, municipios solidarios, municipios sin brecha de género, municipios saludables, municipios sabios (Smart cities), municipios seguros e incluso se habla de Agenda joven, pero ni una palabra de cómo se va a financiar el proyecto de alcanzar un 20 % de la vivienda pública.
Un proyecto sin financiación
Es cierto que a la ahora de hablar de municipios sociales, el programa socialista para las municipales plantea que “los ayuntamientos cederán suelo a cooperativas de personas mayores destinadas a co housing”. También propone al mencionar el acceso a la vivienda que impulsarán “que las personas mayores en soledad compartan su vivienda con jóvenes estudiantes a precios asequibles”.
Quizás el dato más preciso que se recoge en este mismo apartado de ‘municipios sociales’ es que aumentarán “la vivienda pública de alquiler destinada a jóvenes con la garantía del 30 % en la adjudicación” y también añaden que “el parque público de viviendas se destinará mayoritariamente al alquiler y se nutrirá con la de viviendas desocupadas, excluyendo las procedentes de desahucios y bancos”.
Sin duda que este aspecto de incremento de la vivienda pública, tanto para alquiler como para la venta, que Sánchez quiere enarbolar como mascarón de proa para lo que resta de precampaña y campaña electoral tendrá que ser explicado con más detalle. Habrá oportunidad cuando se debata en el Congreso de los Diputados y en el Senado el proyecto de Ley de la Vivienda que acordaban recientemente el gobierno de coalición con sus socios parlamentarios y que está siendo tan criticado por los partidos de la oposición.
Debate en el Senado
También habrá oportunidad de conocer más detalles en el próximo cara a cara entre Sánchez y Feijóo que se celebrará el próximo día 25 en el Senado.
Será justo un mes antes de las autonómicas y municipales, en una comparecencia solicitada por el Ejecutivo para abordar los efectos de la guerra de Ucrania. A Moncloa le gustan estas confrontaciones.
Aunque la petición del Gobierno hace referencia a un debate para tratar de las consecuencias y medidas adoptadas para hacer frente al conflicto en Ucrania, la oposición sospecha que la intervención de Sánchez acabará convirtiéndose en un mini debate del estado de la nación para aprovechar la presencia de Núñez Feijóo.
A Moncloa le gusta este tipo de debates. Juegan con la ventaja de que el presidente del Gobierno puede hablar tanto tiempo como le parezca oportuno, mientras Feijóo solo contará con dos intervenciones con tiempo tasado. Pese a que el Gobierno tiene por seguro que el debate les beneficia, en el PP están decididos a afrontarlo con el convencimiento de que Feijóo tendrá la oportunidad de consolidar su imagen de hombre de consenso y de Estado.
No está todo ganado
Feijóo ha dado un giro al marco de la precampaña del 28-M tras regresar de Semana Santa. Admite que no está todo ganado, que los resultados del 28M no prefiguran los de diciembre. Quizás es una forma de ponerse la venda antes de la herida. Traslada la idea de que los populares ahora se darían por satisfechos si recuperaran una o dos comunidades autónomas. La Rioja la dan por segura. Aunque la que más les interesa es Valencia, en la que no todo está decidido. Parece hecha la victoria del candidato popular, Carlos Mazón, pero poder formar gobierno estaría en el aire.
Pase lo que pase, Feijóo ha dejado claro que se hace responsable de los resultados. No quiere desmovilizar a sus fieles. Está convencido de que le beneficia la confrontación de su modelo político con el que defiende el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a sus socios de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu. La alianza ha provocado incluso las críticas de barones del PSOE, como los líderes de Aragón y Castilla-La Mancha que no han acudido a la cumbre de Valencia.
Las elecciones autonómicas y locales del 28M decidirán mucho más que el futuro de los nuevos alcaldes y presidentes de las Comunidades Autónomas en liza. Sánchez y Feijóo son los que mejor lo saben.