OPINIÓN

Garantizar el poder adquisitivo de los jóvenes, no solo de los mayores

Un 60% de los asa­la­riados per­cibe menor renta que un pen­sio­nista re­cién ju­bi­lado del ré­gimen ge­neral

Protección Senior
Protección Senior

La po­lé­mica re­forma del sis­tema de pen­siones apro­bada por el Gobierno está gol­peando al Ejecutivo desde todos los án­gu­los, ya que pa­rece que no ha sido en­ten­dida más que por el propio Gobierno de coa­li­ción, al ser éste pro­ba­ble­mente uno de los pocos asuntos sobre los que no dis­crepan Unidas Podemos, el PSOE, sus so­cios na­cio­na­listas y bueno, tam­poco los sin­di­ca­tos. Y ade­más, la Comisión Europea pa­rece que en­tendió la re­forma al re­abrir el grifo de las ayu­das, aunque hay quien dice que se­guirá eva­luán­dola to­davía y que aún no está ven­dido todo el pes­cado.

El resto del arco parlamentario, menos los socios puntuales del Gobierno, la rechazan de plano, igual que los empresarios de la patronal CEOE y los autónomos integrados en ATA. Pero es que la mayor parte de los organismos técnicos nacionales con los más acreditados servicios de estudios económicos como son la AIReF, el Banco de España, Fedea, Funcas y el Instituto de Actuarios, entre otros, también han coincidido en que esta reforma lastra gravemente la sostenibilidad del sistema de pensiones español y no cuadra las cuentas, además de generar más déficit.

Básicamente, lo que han dicho es que creen que es solo un parche que habrá que retocar con urgencia y en profundidad en el futuro inmediato.

Decisiones políticas

Pero polémicas aparte sobre el futuro del sistema de pensiones, lo que es indudable es que por decisiones políticas este año, con una inflación por las nubes, han subido mucho las pensiones, un 8,5%, y también por el mismo motivo lo ha hecho el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), un 8%.

Sin embargo, la realidad es que los sueldos de los españoles a diferencia de las pensiones no están subiendo como el coste de la vida, ya que para el resto de trabajadores que cobran el SMI la subida previsiblemente está siendo muy inferior, como sucedió el año pasado.

De hecho, según el INE, el salario de los trabajadores de grandes empresas, básicamente los mejor pagados, creció un 3,7% en 2022, muy por debajo de la inflación media del año, que el organismo confirmó en el 8,4%. Y este 2023, según la consultora Ceinsa, las subidas salariales estarán en torno al 3,16%, un porcentaje muy alejado del 8,5% de subida que los pensionistas han visto en su prestación.

Salarios y pensiones medias

Las estimaciones gubernamentales de salario medio para 2023 en España, que se actualizaron en julio del pasado año, son que alcance los 25.200 euros anuales este año, distribuidos en 14 pagas, con el objetivo de equiparar el SMI al 60% del salario medio en España. Sin embargo, el salario más frecuente, el que se corresponde con el que es cobrado por un mayor número de trabajadores, es notablemente inferior. En nuestro país, el sueldo más frecuente se situa actualmente en torno a los 18.480 euros.

Un informe de Bankinter de finales de 2022 aseguraba que el sueldo más común entre los españoles está comprendido entre 12.000 y 21.000 euros anuales y que más de 4 millones de españoles cobraban esa cantidad al año, lo que supone el 19,99% de los declarantes.

Obviamente, estas cifras chocan sobre todo con las prestaciones de los nuevos jubilados que provienen del régimen general y que rondan los 22.722 euros anuales y ya son un 19% más elevadas que el salario más frecuente en España de 18.480 euros al año.

Una reciente información del diario ‘ABC’ destacaba que el cruce de datos estadísticos entre la Seguridad Social y la Agencia Tributaria revelaría que el 60% de los asalariados percibe menor renta que un pensionista recién jubilado procedente del régimen general. Dicho de otra forma, más de 11 millones de personas que declaran IRPF con rentas por debajo de los 22.731 euros al año, que es la cuantía de las nuevas prestaciones del régimen general de la Seguridad Social, lo que significaría que tres de cada cuatro asalariados por debajo de 35 años tienen sueldos menores a la pensión media de estos nuevos jubilados.

Revolución digital

La mayoría de analistas piensan que el problema fundamental del sistema de pensiones es que no podrá asumir en los próximos años el coste de nuevos pensionistas frente a menos trabajadores, y no les falta razón. Sin entrar en polémicas, cada vez hay menos trabajo, por las consecuencias de la revolución digital y eso que todavía no ha llegado de verdad la inteligencia artificial, y las personas cada vez tienen menos hijos y viven más años.

Las elevadas cifras de paro en España, algo que empieza a parecer endémico, contribuyó a la caída de los sueldos y provocó que los jóvenes que se incorporaban al mercado laboral tuvieran salarios cada vez más bajos así como contratos temporales y a tiempo parcial, lo que, unido a muchos años de baja inflación, ha ido marcando una tendencia a la contención salarial.

Y todas esas cañas nos han traído estas lanzas, lo que no sucede con las pensiones de los españoles, respecto a las que todos los políticos han estado de acuerdo en revalorizarlas lo que hiciera falta, al utilizarlas siempre como una baza electoral. De hecho, están hasta de acuerdo en mantenerlas aunque haya inflación negativa.

Una brecha insalvable

Por todo esto la brecha que se está abriendo entre los sueldos y las pensiones empieza a ser insalvable. Según una reciente estimación del diario ‘El Economista’, la actual realidad es que los antiguos asalariados disfrutan de un retiro con 300 euros más al mes, 1.623 euros frente a 1.320 euros, que las nóminas de los trabajadores que cotizan a la Seguridad Social, según el salario más frecuente.

De 2006 a 2020, la pensión de jubilación media en España aumentó un 60% mientras que los salarios lo hicieron nada más que un 29%, según datos estadísticos, hasta el punto que para muchos puede que no tenga sentido comparar pensiones, que provienen del pasado y de lo cotizado durante los últimos cuarenta años, con los salarios, que son la realidad de un presente bastante menos alentador.

Sin duda, las pensiones garantizan la calidad de vida de nuestros mayores, lo que es realmente estupendo, pero choca frontalmente con la media salarial española, sobre todo de los más jóvenes, lo que está provocando todas esas cosas que no paran de explicarnos cada día en los telediarios.

Jóvenes que se emancipan más tarde, que no disponen de dinero para comprarse una vivienda, a los que los padres y hasta los abuelos tienen que ayudar a llegar a fin de mes utilizando sus pensiones. En fin, un panorama nada alentador que debería cambiar si queremos una sociedad más justa y mantener este estado del bienestar que tanto nos ha costado alcanzar.

Elevar la productividad

Los expertos ven muy pocas posibilidades de dar la vuelta a esta situación. Apelan a que quizás una de las pocas fórmulas para ello sería conseguir elevar la productividad en España y hacer que crezca el Producto Interior Bruto (PIB) para que haya más que repartir a los jóvenes. Quizás ese es un camino, pero también habrá que luchar contra la actual tendencia demográfica e incentivar de verdad los nacimientos en nuestro país y la inmigranción legal, sin duda, para incorporar más trabajadores de los que se jubilan.

Las soluciones no son sencillas y seguro que requerirán el consenso de todos. Habrá que dejar de pelearse por tonterías como pasa actualmente y poner el foco en los problemas de verdad, los que no se resuelven con promesas fáciles y requieren de muchos años de trabajo serio y sostenido.

Hay que huir siempre de la demagogia pero es evidente que una sociedad que apuesta mucho más decididamente por los mayores que por los jóvenes, por los motivos que sea y por muy justificados que estén, va encaminada al fracaso más estrepitoso y hasta a su posible desaparición o irrelevancia. Es así de claro.

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