También un severo analista, el Banco de España, describe el primer semestre español de 2023 como un tiempo de “fortalecimiento gradual económica que será especialmente visible en 2024-2025”. En efecto, crece empleo y la inflación baja hasta el 3,3% en marzo desde el 6% de febrero. Así mismo, se recorta el déficit presupuestario hasta un 4,8%; dos décimas por debajo de lo que exige la comisión de Bruselas.
Incluso el reciente informe del FMI descarta una recesión en España y sitúa el avance en el PIB por encima de nuestros socios de la UE. Diferencias políticas entre el PSOE y Podemos son Sumar por en medio, a propósito de la ley “sí es sí”. Desencuentros como en cualquier otra coalición. Ahí está el caso de Alemania. Verdes y Liberales disienten sobre la recuperación o abandono de las nucleares a la vez que Socialdemócratas y Verdes no coinciden en sus objetivos presupuestarios relativos a la defensa.
Desde hace casi dos siglos, los jóvenes respondían positivamente cuando se les preguntaban si vivían mejor o peor que sus padres y abuelos. Pero hoy día la respuesta es negativa. Brotes que levantan ronchas en nuestro tejido productivo. Los milenials, nacidos entre 1981-97 se quejan de no poder acceder a una vivienda.
Están muy caras. Quizá los nacidos entre 1946-55, los boomers, que doblaban en número a los milenials compraron muchas casas cuando eran baratas. Y ahora los milenials se encuentran descapitalizados. Entre milenials y boomers tenemos a los ninis. Ni estudio ni trabajo. Ninis que los ingleses identifican como “neet”, o sea, sin empleo, educación, ni formación (training).
A nivel global existe una estimación de que los ninis representan un 20% de los casos de desempleo en los países industriales. Con la particularidad de que un 35% corresponde a mujeres y un 15% a hombres. Esa misma medición calcula que en el sudeste asiático los “neet” mujeres representan el 53% y los hombres un 6%.
Una trampa ocupacional a la que han escapado, sin embargo, algunos países como Irlanda o Corea del Sur pero que en España sigue siendo una herida sangrante. Hay inflación, hay ninis, sin trabajo ni educación y hay milenials sin casas, a pesar de que la economía no ha entrado en recesión. Ahora falta que Gobierno y empresas o empresas y Gobierno echen una mano.