Numerosos com­pra­dores en­tran en plena subida para no per­derse el rally

La subida del bitcoin mete miedo por su rapidez y por el déficit de liquidez

Ejerce como un in­di­cador ade­lan­tado y señala que la subida de tipos está aca­bando

Bitcoin.
Bitcoin.

El bit­coin vuelve a ejercer como el ac­tivo es­trella de los mer­cados fi­nan­cie­ros. Denostado por los re­gu­la­dores y mu­chos de los gurús mun­diales de las fi­nan­zas, el ac­tivo ban­dera del uni­verso cripto está sor­pren­diendo a pro­pios y ex­traños con una subida que se sitúa al­re­dedor del 80% sólo en el trans­curso de 2023. Por en­cima ya de los 30.000 dó­la­res, el bit­coin des­pierta tantas ex­pec­ta­tivas como temor en al­gunos in­ver­so­res.

"Estamos viendo una nueva demostración de que el bitcoin y el conjunto de las cirptomonedas son activos extraordinariamente volátiles. Resulta sorprendente que hace apenas cuatro meses algunos lo dieran por muerto y enterrado (en 2022 se desplomó hasta niveles de 16.000 dólares) y que ahora se esté hablando muy alegremente del final de lo que se ha dado en denominar como el criptoinvierno.

¿Hay razones para tanta euforia? A favor del bitcoin y el resto de criptomonedas juegan varios factores. El primero y el más importante es el cambio de expectativas respecto al futuro de los tipos de interés. Ahora, el mercado empieza a cotizar con que el giro dramático en las políticas monetarias de los bancos centrales está a punto de terminar. Hay quien ya vaticina que la subida esperada del 0,25% en la reunión de la Fed del 3 de mayo podría ser la última.

Ya se verá si el mercado se está pasando de optimista con esta previsión, porque la inflación no acaba de dar su brazo a torcer. Pero la realidad es que las criptomonedas se están beneficiando de las nuevas quinielas de los tipos allí donde más le luce. Cuánto más débil esté el dólar -el billete verde pierde casi un 3% frente al euro desde la caída de Silicon Valley Bank-, mejor para las criptodivisas.

Pero es que el otro enemigo tradicional del bitcoin, que es la deuda pública estadounidense, también se ha debilitado de la mano de una caída de las rentabilidades desde el comienzo de la crisis de los bancos regionales. El bono a 10 años estadounidense se ha instalado por debajo del 3,5%, muy lejos del 4% que mostraba cuando empezó el mes de marzo y el mercado apostaba por subidas de tipos agresivas.

Ganar por goleada

La cuestión es si la goleada que el bitcoin está infligiendo al resto de activos en términos de rentabilidad es sostenible. O, dicho de otra forma, si está obedeciendo a factores especiales. Uno de los que más preocupa a los analistas es la fuerte caída de la liquidez en el mercado de las criptomonedas desde el gran desplome de 2022 y la ofensiva de los reguladores, que no han dejado de estrechar el cerco sobre el sector.

"Hemos detectado que hay menos liquidez en un mercado de las criptomonedas que es sensiblemente más pequeño que antes del desplome del año pasado. Las entradas de órdenes de venta fuertes han disparado los precios de una forma hasta cierto punto artificial. Si viene una corrección que parece lógica tras la subida del 80% acumulada, es posible que veamos también movimientos bruscos hacia abajo", señalan fuentes del sector.

En plena oleada especulativa de un bitcoin que tras la tormenta bancario recupera el viejo espíritu de alternativa a la banca tradicional -al fin y al cabo, el propietario de una criptomoneda puede guardar y manejar su dinero fuera del circuito de la banca tradicional- crece el debate sobre la credibilidad de un rally que ha vuelto a poner en el foco a un activo cuya cuota de mercado ya roza el 50% de todo el mercado de criptomonedas.

Pero de un mercado sensiblemente más pequeño y menos líquido que en sus momentos de gloria. Hoy, el valor de mercado del bitcoin se sitúa a las puertas de los 600.000 millones de dólares, muy lejos de los estratosféricos 1,15 billones de octubre de 2021, cuando el universo cripto no tenía rival. Hoy reverdece viejos laureles, pero su subida rápida y hasta cierto punto descontrolada mete miedo a los inversores más expertos.

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