Un reciente artículo de la publicación Alt-Market.us advierte sobre la pérdida de privacidad que va a suponer el nacimiento de las monedas digitales. “En una sociedad sin dinero en efectivo, la mayoría de la gente dependería de los productos digitales para intercambiar bienes y mano de obra, y esto, por supuesto, significaría el fin de toda privacidad en el comercio. Todo lo que compre, venda o trabaje en su vida se registraría, y esta falta de anonimato podría usarse para socavar sus libertades en el futuro”.
Alt-Market es un medio digital del que su fundador presume de contar con el objetivo de educar al público sobre los hechos, la evidencia y las filosofías que el poder establecido se niega a discutir de manera honesta, al tiempo que propone soluciones a las amenazas que detecta.
El artículo alerta sobre las posibilidades de establecimiento de un impuesto según los hábitos de consumo. Un gobierno podría incluir la carne roja como un riesgo para la salud y para el cambio climático, debido a las emisiones de carbono de las vacas. La moneda digital permitiría determinar “por el historial de compras (al que tienen pleno acceso) que usted ha contribuido con más contaminación de carbono que la mayoría de las personas, al comer carne roja con frecuencia”. De esta forma, quedaría gravado con un mayor impuesto.
Seguros y perfiles sicológicos
Esto permitiría incluso la obligación de pagar un impuesto retroactivo al carbono sobre las compras pasadas de carne roja. Y “no solo eso, sino que su compañía de seguros le envía una carta indicando que usted es un riesgo médico y le cortaron la cobertura de salud”.
El artículo advierte también que el Partido Comunista Chino está rastreando los productos que consumen los particulares para crearles un perfil sicológico que permita establecer un baremo de crédito social. Esto puede llevar a tomar medidas contra los antivacunas, que podría llevarles incluso a perder su empleo.
Las críticas se extienden incluso hasta el Proyecto Rompehielos, del Banco Internacional de Pagos (BIS), el supervisor mundial del sector. “El BIS describe el proyecto como una cámara de compensación de divisas para las CBDC minoristas (las CBDC minoristas son monedas digitales utilizadas por el público en general y las empresas), lo que permite que las monedas se negocien de un país a otro de manera rápida y eficiente. Esto se logra utilizando el Icebreaker Hub, un mecanismo controlado por BIS que facilita la transferencia de datos para una variedad de transacciones mientras conecta bancos con otros bancos”.
Este es un sistema muy similar al SWIFT que utilizan los gobiernos y los bancos internacionales, que utilizan más de 10.000 instituciones financieras de 212 países. Este ha sido el vehículo utilizado para las sanciones a Rusia. Un sistema en el que se utilizaran las monedas digitales y el control del BIS.
“¿Qué pasaría si tuviera que cumplir con ciertos estándares para poder usar el centro y el BIS dicta los estándares? ¿Qué sucede si el BIS decide que su empresa debe cumplir con las categorías relacionadas con ESG antes de que pueda obtener el permiso para las transacciones de Icebreaker? En ese caso, el BIS contaría con la capacidad de manipular las tendencias sociales y culturales utilizando su negocio y millones de otros negocios como mensajeros forzados”.