La propia Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte igualmente en un informe publicado recientemente de su coste y estima que plantea ciertas dudas técnicas. Una tercera cuestión para la AIE es que se necesitan elevadas inversiones y, por tanto, debe haber modelos regulatorios que aporten garantías y avalen los proyectos.
El alto organismo que preside Fatih Birol aplaude su apuesta pero piensa que se necesitan mejoras en el coste y en su rendimiento. Advierte de que los gobiernos deben tomarse en serio el riesgo de un desajuste entre la oferta y la demanda.
Por ahora, hay muchos deseos sobre la necesidad de su apuesta como uno de los grandes pilares para acometer la descarbonización que todos los países desarrollados buscan. Pero todavía restan muchas cuestiones por aclarar. La Comisión Europea es la gran defensora de su desarrollo y anima a los países y a las empresas a implicarse en los proyectos.
Reducir la dependencia de los combustibles fósiles
El organismo de la Unión Europea considera que una aceleración del hidrógeno verde y sus derivados recortaría la dependencia de la UE del gas natural procedente de Rusia en aproximadamente 27 bcm, equivalentes a unos 27.000 millones de metros cúbicos de gas.
Bajo este prisma, el objetivo es muy aceptable si se tiene en cuenta el elevado coste que ha alcanzado el gas tras la guerra de Rusia contra Ucrania. Ahora bien, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, señala que el plan REPower EU que defiende su desarrollo, debería ir acompañado de “políticas estables y favorables que estimulen la oferta y la demanda, e impulsen las inversiones.
Iberdrola es la eléctrica que más está apostando por este tipo de energía. De hecho, cuando todavía estaba muy verde en Bruselas la apuesta por el hidrógeno verde, Galán anunció que invertirán 3.000 millones de euros, con el objetivo de desarrollar 400.000 toneladas anuales de hidrógeno verde.
Galán es uno de los CEOS que más defienden el potencial de este tipo de energía para reducir los combustibles fósiles importados y no ser tan dependientes del exterior. En todos los foros que participa, reclama a Bruselas que acelere las inversiones y presione a los gobiernos. La utility tiene en marcha más de 60 proyectos en ocho países, entre los que se encuentran España, Reino Unido, Brasil y EEUU. Realmente, son los cuatro países en los que Iberdrola desarrolla casi todo su potencial inversor en energías renovables. Alemania, Francia e Italia están por debajo.
Endesa, con muchas dudas
Pero si Iberdrola apuesta ciegamente por el hidrógeno verde, en cambio, Endesa no lo ve con el mismo prisma. En la presentación de los resultados de 2022, el consejero delegado, José Bogas, señaló abiertamente que, por ahora, su apuesta son otras energías verdes. La razón esencial que Bogas alega es que se trata de una tecnología cuyo coste la convierten en “inviable”.
La opinión del máximo directivo de la eléctrica es que se trata de una tecnología que debe desarrollarse y deben analizar con sumo detalle los proyectos. En su opinión, se ha creado una cierta “burbuja” en estos macroproyectos.
Otro de los problemas que Bogas ve en el hidrógeno es que es “complicado” de transportar y los hidroductos son muy caros porque la tecnología no está suficientemente desarrollada. “Tiene un presente incierto”, afirma el consejero delegado de Endesa. Por ahora, todos los recursos y las inversiones que la compañía realizará a medio plazo se destinarán a otras energías verdes, como la fotovoltaica, eólica y marina y a digitalizar la red.
Repsol cree a ciegas y apuesta
La petrolera Repsol es otra de las grandes multienergéticas que apuesta con suma claridad por el hidrógeno verde. La compañía tiene un plan para invertir 2.500 millones de euros para instalar 1,9 gigavatios hasta 2030. Además de varios proyectos que tiene en marcha a nivel individual, ha firmado acuerdos con el Ente Vasco de la Energía y otras empresas para realizar proyectos conjuntos.
Apoyo total de Naturgy
En diciembre pasado, se alió con Naturgy y Reganosa para crear un hub de hidrógeno renovable de hasta 200 MW en Meirama (Galicia). La planta dispondrá de una potencia inicial de 30 MW hasta lograr un potencial total de 200 MW.
El CEO de Cepsa, Marten Wetselaar, considera que “España tiene las mejores condiciones para liderar la producción europea de hidrógeno verde”. “Lo más importante es que los modelos regulatorios se adapten a las necesidades del mercado y que permitan una mayor aceleración en el desarrollo de los proyectos”, señala.