Un margen que el grupo se puede permitir tras firmar el pasado 31 de enero la suscripción de dos contratos de financiación interina por valor de 16 millones de euros que le han dotado de la liquidez suficientes para aguantar.
Entre tanto, los resultados siguen defraudando. Los ingresos en 2022 se han reducido a 167,6 millones de euros debido al cese de actividad en filiales, principalmente en Chile, Brasil y Perú, y discontinuidad de contratos no rentables.
No obstante, el grupo ha arrojado un rayo de esperanza gracias al negocio en España. Este se mantuvo sólido durante el año, como demuestra la cartera comercial, que se sitúa en 266 millones de euros, con una contratación en el período de 257 millones de euros gracias al contrato con Telefónica del “bucle”, entre otros.
El margen Ebitda, de un -7,1 %, se vio afectado por el cese de actividad en varios países y el impacto de contratos no rentables. Así las cosas, el resultado neto del ejercicio ha supuesto unas pérdidas de 60,5 millones de euros, afectado por amortizaciones y provisiones (-26,5 millones, resultados no recurrentes (-15,8 millones) y deterioro de activos por impuestos diferidos (-7,2 millones).
Entre tanto, el consejo de administración sigue reclamando la confianza de los accionistas, asegurando que está trabajando para garantizar la continuidad del grupo con la implementación de un modelo de negocio más eficiente y rentable.