El objetivo es impulsar la industria aeroespacial española para convertirse en un actor clave ante los nuevos retos y oportunidades ligadas a la transformación del sector.
El programa tiene además una notable vocación internacional al plantear una estrecha colaboración con Portugal. De este modo, los fondos de los planes de recuperación de ambos países se pondrán a disposición de un objetivo común (lanzamiento de 8 satélites españoles y 8 satélites portugueses para observación de la Tierra) generando así sinergias y aumentando el impacto de estas inversiones. El carácter internacional se amplía al ámbito de la Agencia Europea del Espacio, con quien se colaborará en algunas de las actuaciones del PERTE.
Inversiones que han llevado a los analistas a poner el foco en la industria Aeroespacial y Defensa como una de las posibles megatendencias con alta rentabilidad para los próximos años. Esta industria incluye un importante abanico de empresas desde fabricantes de aviones comerciales y militares, helicópteros o vehículos espaciales hasta motores de aviación, proveedores de componentes y tecnología.
Con una sólida base de clientes, señalan los expertos, sus productos tienen en general un ciclo de fabricación y una vida útil de larga duración, de forma que sus ingresos y beneficios son relativamente predecibles y su volatilidad es inferior a la de otros sectores sensibles al ciclo.
Mayor gasto en defensa
Además del PERTE, el sector tiene dos grandes palancas de crecimiento para los próximos años como son el creciente gasto en defensa de los estados y el previsible crecimiento de la aviación comercial. Dos factores potenciados por el nuevo panorama geopolítico abierto por la guerra en Ucrania y por la recuperación de la aviación comercial tras la hecatombe provocada por la pandemia.
En este sentido, los expertos creen que la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las mayores tensiones con China tendrán consecuencias significativas y un impacto duradero en todos los temas relacionados con la seguridad global y el gasto en defensa. El objetivo, bajo la fuerte presión de Estados Unidos, es que todos los países pertenecientes a la OTAN destinen al menos un 2 % de su PIB a defensa. Eso implica grandes expectativas de crecimiento para las compañías del sector.
A ello se suma la reactivación de la demanda de aviones comerciales después de la crisis sin precedentes generada por las restricciones de la movilidad para contener la covid. El tráfico aéreo se ha acelerado en el último año y se espera que en los próximos meses el número de viajeros recupere el nivel previo a la pandemia. Las previsiones de entrega de nuevos aviones para las dos próximas décadas han superado las 40.000 unidades, consolidando un escenario de crecimiento sostenido a largo plazo.
A estos factores coyunturales se sumarán otros factores estructurarles en forma de mayores inversiones por la seguridad global, la descarbonización, la movilidad aérea y la tecnología espacial para afrontar grandes retos como el regreso a la Luna, el lanzamiento de satélites o nuevas misiones de investigación a Marte.
Airbus e Indra, inversiones
En España hay varias cotizadas que pueden absorber una parte de estas inversiones. Entre ellas sobresale Airbus. El consorcio europeo engloba buena parte de todas estas actividades con creciente potencial, sobre toda tras las inversiones acometidas en Getafe donde pretende desarrollar el lanzador Ariane. El grupo tiene unos fundamentales muy atractivos con un PER por debajo de las 20 veces, gran capacidad de generar caja y una interesante rentabilidad por dividendo, aunque por debajo de la media del mercado.
Otra de las destacables sería Indra por su estratégico negocio de defensa y seguridad con una notable propuesta de valor para el grupo. En su caso, la relación precio beneficio (PER) de poco más de 12 veces, mejor que Airbus, pero algo peor en cuanto a dividendo que apenas supera una rentabilidad anual del 1 %. El grupo tecnológico español presenta además una clara tendencia alcista desde la debacle de la pandemia, pese a la preocupación generada en el mercado por el creciente control por parte del Estado.
Fuera de España, una de las mejores opciones sería el gigante norteamericano Lockheed Martin, muy buen posicionado en el sector aéreo y armamentístico. La firma americana no ha dejado de crecer en los cinco últimos años y cuenta con uno de los mejores múltiplos del sector con un PER de 17 veces, una deuda muy controlada y una rentabilidad por dividendo por encima del 2 %.