De esta manera se ha pasado de un volumen de cerca de 11 millones de euros en el otoño de 2021 a casi 13 millones en la misma fecha del pasado año.
Y eso que en un principio quedaron trastocadas las relaciones comerciales entre Euskadi y Ucrania, llegando incluso a afectar algunos productos ucranianos como es el caso del aceite de girasol, aceros o incluso hierros tan esenciales para el funcionamiento de algunas industrias radicadas en suelo vasco.
Socio comercial
Lo cierto es que Ucrania no es que sea uno de los grandes socios comerciales para las empresas de la comunidad autónoma vasca. Más bien, es un compañero de partida comercial menor con una capacidad de compra al año de unos 30 millones de euros que nada tienen que ver con las cifras que se manejan con otros países como Alemania o Francia, cercanos a los 200 millones de euros anuales.
Aún y con todo, el saldo de exportaciones un año después del comienzo de la guerra va en un camino ascendente. A ello han contribuido el espectacular empuje de los vehículos de la factoría alavesa, y eso que esta firma todavía se está recuperando de la crisis generada por la falta de chips; así como la maquinaria, las piezas y el equipamiento industrial que ha comprado Ucrania a empresas de Euskadi.
Unos visos de aparente “normalidad” que también se ha observado en el flujo de materias primas procedentes del país ucraniano y que al estallido de la guerra quedaron en compás de espera. Es el caso del hierro, el acero y el aceite de girasol que poco a poco van recuperándose.