El bitcoin, que hace menos de tres semanas firmaba máximos del año muy cerca de los 25.000 dólares, deambula más de 3.000 por debajo en vísperas de la publicación, este viernes, de un dato de empleo en Estados Unidos que se considera crucial. Por más que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, haya intentado quitar hierro a su advertencia de que los tipos van a subir más de lo previsto, el mercado lo tiene claro.
Alrededor de un 75% de sus integrantes cree que la Fed va a elevar el precio del dinero estadounidense 50 puntos básicos y que el dato de empleo reforzará esta expectativa. Con estas cartas sobre la mesa, en el mercado de criptomonedas cruzan los dedos, porque si se confirma que la Reserva Federal tiene que seguir subiendo mucho más los tipos para enfriar la primera economía del mundo y la inflación, pueden venir mal dadas.
"Da toda la impresión de que, salvo un dato de empleo sorprendente por malo que rompa todas las expectativas del mercado, se puede estar preparando una caída importante de los precios de las criptomonedas. Lo que ahora mismo es seguro es que este mercado está cogido con alfileres. Hay una sensibilidad enorme a las malas noticias y mucho miedo por parte de los inversores", explican fuentes del sector.
Un enero, bueno
Tras el gran rebote de enero, los viejos fantasmas arrastran de nuevo sus cadenas en el universo de las criptomonedas. Éste sigue pagando también la depuración en el lado de las firmas de intermediación que durante tanto tiempo, hasta el colapso de 2022, se estaban haciendo de oro. Después de una pérdida de cerca de 1.000 millones de dólares el año pasado, ha echado el cierre Silvergate. En el sector se coincide en que no será la última.
El problema de confianza alrededor de una industria obligada a reinventarse y pasar por el aro de la regulación se traduce en que en estos momentos el valor de mercado de las criptos ha perdido de nuevo el nivel del billón de dólares. En noviembre de 2021, la capitalización global rondaba los 3 billones. Es la demostración de la pérdida de tracción de un mercado en el que casi nada es lo que era.
¿Puede haber un nuevo colapso de valoraciones a corto plazo? "Nada ha cambiado básicamente a lo largo de 2023. El rebote de enero fue más técnico que otra cosa, pero lo realmente preocupante es que el mercado de las criptomonedas es ahora mucho menos líquido de lo que era hace año y medio, cuando el dinero llegaba a espuertas por el efecto llamada de unas rentabilidades extraordinarias", señalan fuentes del sector.
La realidad es que el volumen de contratación en criptomonedas está en niveles casi de subsistencia. La negociación cayó por debajo de los 700.000 millones de dólares en febrero, casi 300.000 millones menos que en el primer mes del año. Los inversores se están poniendo a cubierto y hay poca entrada de dinero nuevo en un mercado mucho más estrecho que afronta días clave para definir su futuro a corto plazo. El primer objetivo es evitar un nuevo desplome.