Las cifras que se barajan son de 150.000 los refugiados llegados a España mientras la cifra en Alemania después de los que han regresado a Ucrania totaliza 962.000, superior a los 834.000 que sumaron en 2.010-11, sirios, afganos e iraquíes. La Unión Europea, probablemente, intentará fijar cuotas por países.
¿Alguna previsión o reserva por parte de España? El problema del suministro de armamento tampoco parece haber calado en nuestras previsiones. ¿Nos tocaría ser más activos y diligentes?
Una reciente entrevista en el Financial Times al general estadounidense Mark Miller, alto jefe de la defensa, pone de manifiesto que esta guerra ha vuelto a las trincheras del pasado siglo con un altísimo consumo de munición y armamento. El general americano duda que sus depósitos de armas sean capaces de responder a las necesidades de la contienda.
Carencias en su industria armamentística por problemas de suministro de materiales y escasez de mano de obra. Los inventarios de armas empiezan a estar agotados después de unas donaciones valoradas en miles de millones de dólares. Además, habrá que estar bien pertrechados por si ocurre algo en Taiwán. En la reciente conferencia de los países de la UE celebrada en Munich ha reaparecido el problema de los suministros de armas y municiones para el ejército ucraniano. El presidente Sánchez debería informa al Parlamento y recoger el sentimiento de las distintas formaciones políticas.
El ejército ucraniano dispara diariamente 5,000 obuses de artillería (La cuarta parte que su adversario ruso) y ahora se requerirán para su contraofensiva de primavera miles de millones de dólares y euros para financiar la construcción de tanques, vehículos ligeros de infantería y piezas de artillería pesada; quizá incluso aviones de combate. Gastos presupuestarios cuya aprobación corresponde al Parlamento. Existe también en España una “teórica” simpatía por la causa ucraniana. Pero no siempre los amores se traducen en obras.
Miller opina que Rusia muy difícilmente conseguirá sus objetivos mientras que el ejército de Zelensky tampoco conseguiría desalojar a los invasores de todos los territorios ocupados. Los dos ejércitos continuaran aprisionados en el fango de la guerra. La única alternativa viable es la negociación de un armisticio en el que se fijen los términos de una paz acordada por las dos partes, pero nadie puede garantizar el cuándo se produciría el alto el fuego.
El reciente viaje de Zeleski a Europa con sus peticiones de ayuda militar ha puesto de manifiesto las dificultades de sus interlocutores occidentales para establecer un calendario de entregas del material bélico solicitado por no mencionar la resistencia a la hora de admitir nuevos contingentes de refugiados. Recordemos como la llegada de refugiados del Oriente Medio fue el pistoletazo de salida de los neonazis de Alternativa por Alemania.
En nuestra feliz y agitada Patria prevalecen las preocupaciones de” la ley del sí es sí” o de cómo acabar con Sánchez por no decir nada de la “minifalda” del presidente de la CEOE. La guerra de Ucrania no entra en el catálogo de los temas políticos de primer nivel. Es algo que, si está pasando, pero lejos de nuestras fronteras ¿Cuál es el esfuerzo presupuestario que España está dispuesta a aceptar?. ¿Cuántos y quiénes apoyan moralmente a Putin; cuántos y quiénes rechazarían altos contingentes de refugiados?