Imaz (CEO): “la transición ener­gé­tica de España y la UE de­bería ser menos ideo­ló­gica y más tec­no­ló­gica”

Repsol gana 4,251 millones en 2022 (+70%) y compensa en parte pérdidas de 2019/2020

La re­mu­ne­ra­ción al ac­cio­nista au­men­tará un 11%, hasta los 0,70 euros brutos

Antonio Brufau y Josu Imaz, Repsol.
Antonio Brufau y Josu Imaz, Repsol.

Repsol ha lo­grado un be­ne­ficio re­cord de 4.251 mi­llones de eu­ros, un 70% más, de­bido al au­mento del precio del crudo y del gas. En su mejor ejer­cicio en 12 años, la ener­gé­tica que pre­side Antonio Brufau y di­rige Josu Imaz, con­sigue com­pensar en parte las pér­didas su­fridas en 2019 y 2020. Los buenos re­sul­tados se han visto fa­vo­re­cidos por el margen del re­fino que se mul­ti­plicó por 6,5 veces res­pecto a 2021. La pro­duc­ción de pe­tróleo as­cendió a 550.000 ba­rriles equi­va­lentes de pe­tró­leo, un 3,8% me­nos.

Las inversiones ascendieron a 4.251 millones de euros, lo que supone un incremento de un 40% y ha anunciado para este año unas inversiones de 5.000 millones. Repartirá un dividendo de 0,70 euros por título.

La energética vivió uno de los ejercicios más rentables marcado la incertidumbre generada por la guerra de Ucrania, la fuerte volatilidad de los precios y la complejidad de los mercados internacionales. Pese a los buenos resultados del ejercicio pasado -4.251 millones de euros- y los 2.499 millones registrados en 2021, la compañía no logra compensar las pérdidas sufridas en 2019 y 2020, que ascendieron a 7.105 millones de euros.

El grupo multienergético ha anunciado para este ejercicio unas inversiones históricas de más de 5.000 millones de euros. La generación de caja permitió una reducción de la deuda neta del 61%. Además, ha anunciado un incremento del 11% en la remuneración en efectivo para sus accionistas en 2023 y ha llevado a cabo una amortización de 200 millones de acciones, lo que beneficia a más de 520.000 inversores. Para 2023, Repsol tiene previsto un nuevo programa de recompra de títulos propios y una reducción de capital.

Incertidumbre y volatilidad

Según la compañía, el ejercicio 2022 estuvo marcado por la incertidumbre, la volatilidad y la complejidad de los mercados derivados de la invasión de Ucrania. Con estas circunstancias, Repsol obtuvo un resultado neto de 4.251 millones de euros, de los que cerca del 64% procedieron del mercado internacional. La guerra y las consiguientes sanciones impuestas a Rusia por la Unión Europea tuvieron un impacto directo en los mercados energéticos del continente, muy dependientes de los hidrocarburos rusos.

En el primer semestre, el petróleo se acercó a los 140 dólares por barril, niveles máximos que no se habían vivido desde el año 2008. En la segunda mitad del ejercicio, el temor a una recesión económica global y la caída de la demanda cambiaron la tendencia y se produjo un desplome de precios, con cotizaciones del Brent por debajo de los 80 dólares por barril en el mes de diciembre. Con todo ello, la media del barril procedente del mar del Norte fue de 101 dólares por barril. Por su parte, el gas Henry Hub cerró el ejercicio a una media de 6,6 dólares por MBtu, muy por encima del promedio de 2021, que fue de 3,9 dólares.

Ante esta compleja coyuntura, Repsol ha incrementado sus inventarios en más de 2.000 millones de euros para garantizar el suministro al mercado nacional y la operatividad de las refinerías. El pasado ejercicio la petrolera destinó más de 500 millones de euros a descuentos adicionales en los combustibles de sus estaciones de servicio en España, que se sumaron a la bonificación estatal de 20 céntimos, puesta en marcha entre el 1 de abril y el 31 de diciembre de 2022.

Inversiones de 5.000 millones en 2023

La petrolera invirtió el pasado año 4.182 millones de euros, un 40% más que en 2021. De ellos, la compañía invirtió en España 1.400 millones. Para este año tiene previsto realizar una inversión histórica de más de 5.000 millones de euros, de los cuales un 35% se dedicaran a proyectos bajos en carbono.

La actividad desarrollada en todo el mundo por Repsol derivó, según la compañía, en la mayor contribución fiscal de la historia de la empresa, superior a 17.000 millones de euros y de los cuales más del 70% se pagaron en España.

En el terreno laboral, la compañía ha asegurado el mantenimiento del poder adquisitivo de sus empleados hasta finales de 2024, consensuando con los sindicatos un nuevo Acuerdo Marco. Dicho pacto, está referenciado a la inflación, lo que ha supuesto que en el año 2022 se revisaran los salarios con efecto 1 de enero. El cierre de este acuerdo, unido a otras medidas extraordinarias para todos los colectivos, ha tenido como efecto un incremento del 9,4% de la remuneración media de los empleados de la compañía.

Dividendo de 0,70 euros

La generación de caja durante el ejercicio ha permitido que el grupo anunciara también un incremento de la retribución para los accionistas. Así, la remuneración en efectivo aumentará un 11% en 2023, hasta los 0,70 euros brutos por acción, con lo que se adelanta el objetivo previsto en el Plan Estratégico para el año 2024. Para ello, se aumentó hasta 0,35 euros brutos por acción el pago en efectivo distribuido a los accionistas en enero pasado, a lo que se sumará un pago complementario de otros 0,35 euros tras su aprobación por la junta general de accionistas.

La deuda neta del grupo multienergético se redujo un 61% durante 2022, hasta 2.256 millones de euros. La petrolera incrementó su liquidez por encima de los 12.000 millones de euros, suficiente para cubrir cuatro veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.

Una transición menos ideológica

“La transición energética que están haciendo Europa y España debería ser una transición menos ideológica y más tecnológica; una transición que aborde cómo ser más sostenible pero también, cómo garantizar el suministro energético y una energía más barata y competitiva para ciudadanos y empresas”, ha declarado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.

“Los precios energéticos se incrementan porque la demanda sube, a la vez que, contrario a lo que dictaría la lógica, se imponen dificultades a la producción de algunos productos energéticos. Los precios altos no son ‘caídos del cielo`, son consecuencia de las incorrectas decisiones adoptadas en Europa”, ha añadido Imaz.

El alto ejecutivo de Repsol ha destacado que “considerar extraordinario un beneficio que se obtiene de un gran esfuerzo inversor y penalizarlo frente al que se dedica a importar productos de otros continentes sin crear un solo empleo industrial es, además de injusto, incomprensible y perjudicial para la economía española”.

El consejero delegado se ha mostrado extremadamente duro con el Gobierno de Pedro Sánchez. En este sentido, ha enfatizado en que, “el debate social sobre los beneficios empresariales hay que ponerlo en contexto. Los mensajes populistas sólo sirven para dificultar la actividad empresarial, provocar desconfianza en los inversores, reducir la inversión y la actividad económica, disminuir la recaudación de impuestos y poner en riesgo el empleo industrial. Frente a estos mensajes, Repsol apuesta por un camino de responsabilidad con la sociedad”, ha conluido.

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