En un escenario de alza de los tipos de interés, el objetivo del máximo ejecutivo de Naturgy a corto y medio plazo es seguir reduciendo la deuda neta -en 2022 se redujo hasta los 12.070 millones de euros frente a los 12.831 que tenía en 2021- y segundo, preparar el balance para el futuro en el que se espera un impulso fuerte de las inversiones. De cara a este año, la previsión es invertir 2.700 millones de euros, un 50% más que en igual periodo de 2022.
Unos 1.700 millones se destinarán a proyectos renovables, la mayoría de ellos en España, descartando de esta forma que la nueva reforma eléctrica que quiere aplicar el Gobierno Sánchez vaya a suponer un recorte para el negocio interno. “Una parte importante del negocio lo tenemos en España. Aquí tenemos millones de clientes y redes conectadas. No vamos a abandonar proyectos por un análisis de falta de confianza”, destacó Reynés en la rueda de prensa celebrada para analizar los resultados de 2022.
La apuesta por Estados Unidos
El presidente de la energética dijo en cambio que existen otros países en cartera para invertir. Entre ellos, figura Estados Unidos después del cambio normativo anunciado por el presidente de dicho país, Joe Biden, para atraer inversiones de otras empresas con negocios renovables. “EEUU se ha convertido en un destino y en un país interesante”, dijo. Además, la empresa está abierta a nuevas oportunidades de compras, si se presentan.
La compañía baraja revisar el actual Plan Estratégico 2021-2025, aunque en el entorno actual obliga a ser precavido y estar atentos al “entorno que nos espera”, comentó Reynés. En la coyuntura actual, con una reforma eléctrica en marcha, cabe esperar que se van a producir muchos cambios regulatorios para desacoplar los precios de la electricidad y el gas, reducir la enorme volatilidad actual y limitar los precios.
Reynés ha barajado para 2023 unos beneficios similares para 2023, a pesar de los 300 millones de euros que va a suponer a la compañía el "tributo/impuesto" que aplicará en 2023 y en 2024 sobre los beneficios extraordinarios de las energéticas. Sobre este aspecto, la compañía no descarta un posible recurso pero será el consejo quién decidirá al respecto.
La energética repartirá, como mínimo, en 2023 el mismo dividendo de 1,20 euros por acción, basada en que el Ebitda previsto será igual o superior a los 4.954 millones logrados en 2022.
El proyecto Géminis, aplazado
En cuanto al proyecto Géminis, el presidente ha avalado la decisión de escindir la compañía en dos pero ha señalado que la situación creada por el conflicto bélico de Rusia y Ucrania ha obligado a aplazar el proyecto. Hace justo un año, Naturgy anunció un plan de escisión en dos sociedades, proyecto que debía culminarse a finales del ejercicio.
“El plan ocurrió dos semanas antes de producirse una situación convulsa que nos ha obligado a aplazar. Sigue siendo una idea válida pero nos encontramos ante una coyuntura muy compleja por lo que hemos adoptado un criterio de prudencia. Seguimos pensando que la idea es válida, pero lo haremos en su momento”, comentó Reynés.
En palabras también del presidente, las relaciones con Argelia y Sonatrach para el suministro de gas no peligran, ya que se dan una serie de circunstancias favorables, según Reynés. En primer lugar, Naturgy es un cliente muy fiable y contempla un compromiso fuerte con la fórmula de pago denominada take or pay, que obliga a retirar y pagar todo el gas contratado. Un segundo aspecto positivo es que Sonatrach es accionista de la energética con más de un 4% del capital. Y tercero, ambas empresas forman parte del proyecto Medgaz, lo que implica una relación de partenariado.
Todos estos intereses comunes van a favorecer la negociación del precio del gas que Naturgy y Argelia tienen sobre la mesa para 2023. “La negociación no va a resultar nada fácil pero tenemos muchos intereses comunes que van a facilitar los pasos”, añadió el presidente.