No se atisba el final de las subidas de tipos ni en Europa ni en EEUU

Los gestores empiezan a parar máquinas en bolsa tras un rally algo exagerado

La cau­tela se tras­lada antes a la renta fija que a la va­ria­ble, al menos en Europa

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¿Se acaba la fiesta en las bol­sas? Por pri­mera vez desde que em­pezó el 2023, el Ibex 35 ha ce­rrado una se­mana en ne­ga­tivo. Nada grave, porque la caída es de apenas un 1,2% frente a una subida anual del se­lec­tivo de casi el 11% en lo que va de año que más de uno ha­bría fir­mado cuando em­pezó el ejer­ci­cio. Pero tras el rally llega el ejer­cicio de rea­lismo que im­ponen las úl­timas ci­fras macro en las grandes eco­no­mías mun­dia­les.

La renta variable se resiste al ajuste serio que ya se está produciendo en el mercado de bonos. La rentabilidad del bono español a 10 años ha saltado en sólo seis sesiones desde el 3% hasta las puertas del 3,4% con el consiguiente retroceso de los precios. Por lo tanto, en el mercado de renta fija los gestores ya se han puesto en modo claramente defensiva. El ‘bund’ alemán salta del 2% a 2,3% en una semana y el estadounidense hasta el 3,7%.

Las rentabilidades volvieron a zona de máximos del año el pasado viernes, después de que los inversores se dieran de bruces con la realidad. Por un lado, el aparentemente buen dato de inflación en China del 2,1% tiene una lectura negativa: la demanda está en niveles muy discretos que comprometen las expectativas de una vigorosa recuperación de la segunda economía del mundo. Y en el Reino Unido, la economía no creció en el cuarto trimestre y apunta hacia la recesión.

Datos que son tan inquietantes como los mensajes de los bancos centrales. La Reserva Federal ya ha advertido por boca de su presidente Jerome Powell de que habrá nuevas subidas de tipos tras mover el precio del dinero estadounidense hasta la banda entre el 4,5% y el 4,75%. Y en Europa, todo apunta a que el alza hasta el 3,5% esperado en marzo no será el último. El BCE sigue pagando el haber reaccionado tarde y mal a la escalada inflacionista.

“Hemos hecho una lectura demasiado optimista de la situación. Había ganas de darse una alegría a la vista de que la inflación remite y de que la desaceleración económica parecía ir a menos. Pero la realidad es que el escenario no es precisamente bonito. Resulta sorprendente que el rally alcista en las bolsas se haya prolongado casi hasta el pasado viernes, cuando el Ibex 35 sufrió la segunda mayor caída del año y dejó el descenso semanal en algo más del 1%”, señalan fuentes bursátiles.

Para ytécnica

Todo parece indicar que puede ser el comienzo de un movimiento más importante, lo que no quiere decir que alcance niveles preocupantes a corto plazo. Pero todo hace indicar que los inversores ya le han sacado todo el partido posible al arranque de año. En Europa, el Stoxx 600 gana cerca de un 8% en lo que va de año y, al otro lado del Atlántico, los índices estadounidenses se han ido entonando y el S&P 500 ya se revaloriza un 6,5%.

Los indicadores han crecido hasta niveles que difícilmente se pueden justificar con tipos de interés al alza y datos macro internacionales tan débiles todavía. No es casualidad que, dentro de casa, los grandes ‘hedge fund’ internacionales están intensificando la presión sobre una decena de valores del Ibex 35. Todo un indicador adelantado de que la apuesta por una corrección crece y crece en el mercado, también a nivel europeo.

Y, de momento, la temporada de resultados europea tampoco es lo suficientemente satisfactoria como para sostener las valoraciones actuales. Algo que, por otro lado, no es ninguna sorpresa. Hay algún cisne negro, o muy negro, como el que acaba de dejar ver Adidas con expectativas de caídas de doble dígito en ventas en 2023. Una prueba más de que, con las bolsas cotizando recuperación, no hay signos incuestionables de mejoría económica. Viene ajuste, el mismo que ha arrancado en el territorio de la renta fija.

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