ANÁLISIS

El Eurogrupo se pro­nunció este lunes sobre las pre­vi­siones eco­nó­micas de la UE

Pedro Sánchez obvia la economía ante el riesgo de unas elecciones anticipadas

El nin­guneo a la pri­mera mi­nistra ita­liana por la guerra en Ucrania ame­naza la cohe­sión eu­ropea

Pedro Sanchez, Spain.
Pedro Sanchez, pte. Gobierno.

Todo lo re­la­cio­nado con la eco­nomía en España y en la Unión Europea está pa­sando a un se­gundo plano a mar­chas for­za­das. Hablar de las con­se­cuen­cias de la in­fla­ción, de la ra­len­ti­za­ción eco­nó­mica, de las di­fi­cul­tades para llegar a final de mes, in­cluso de las pre­vi­siones eco­nó­mi­cas, pa­rece estar fuera de lugar en la agenda de la pre­si­dencia del Gobierno, pese a que 2023 será un año muy duro. Gobierno y opo­si­ción han puesto sobre la mesa, como único ob­je­tivo, la cam­paña elec­to­ral. No hay más.

El temor de Pedro Sánchez a un varapalo sin precedentes en las elecciones autonómicas de mayo -peor aún, a unas generales anticipadas- , ha forzado a dar a la presidencia del Gobierno a propiciar un giro sobre decisiones legislativas más recientes, como es el caso de l fiasco de la Ley del solo sí es sí. Todo lo demás, por importante que sea, pasa a un segundo plano.

El Consejo Europeo extraordinario, celebrado en Bruselas la pasada semana, en el que estaba previsto inicialmente analizar a fondo las previsiones económicas de la Comisión Europea, ni siquiera las menciona en sus conclusiones. Finalmente lo hizo este lunes el Consejo de Economía y Finanzas. (ver notas a pie de esta información)

Pero fue necesario esperar hasta las siete de la tarde de esta martes, en la rueda de prensa prevista, para conocer los detalles de la estimación que ha elaborado el Ejecutivo Comunitario sobre lo que va a suceder este año en materia de crecimiento, inflación y empleo.

Sesión decepcionante

El comunicado final, con las conclusiones del Consejo, fue decepcionante. Con las incertidumbres que permanecen en todo el mundo, a las que se añaden ahora las tensiones recientes entre Estados Unidos y China por los conocidos como globos espía, solo dedicó cinco puntos a hablar de economía y lo hacía en términos muy generales.

Cinco puntos de compromiso pese a que una de las razones principales para celebrar este consejo extraordinario, así figuraba en su convocatoria en viada por su presidente Charles Michel a los líderes europeos, era la necesidad de analizar la situación económica mundial, así como sus retos principales.

Las conclusiones del Consejo Europeo insisten en la necesidad de mejorar la competitividad, de lo vital que resulta la unión de los mercados de capitales, de la urgencia de una agenda comercial ambiciosa y de avanzar en la gobernabilidad y en la neutralidad climática. Palabras y poco más. Para esto no hacía falta convocar un consejo europeo extraordinario.

De antemano el Consejo no empezó con buen pie. El enfado de la líder italiana, Giorgia Meloni, al haber sido excluida de la cena en París con el presidente de Ucrania, que Zelenski compartió con el presidente Enmanuel Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz, a punto estuvo de dar al traste con la celebración misma del Consejo. Así lo comentaba a capitalmadrid.com un diplomático comunitario conocedor de las tensiones previas a la reunión del Consejo que se inició con horas de retraso.

Meloní, disidente

Meloni hizo visible su monumental irritación con el presidente francés por organizar una reunión con Zelenski y Scholz un día antes de la cumbre de líderes de la UE en Bruselas en dos ocasiones. La primera fue el jueves 9, antes de celebrarse el consejo. La segunda, al día siguiente con ocasión de la rueda de prensa para hablar de las conclusiones del mismo. Para Meloni, Macron había debilitado la unidad europea en el dossier ucraniano con una cena “inapropiada”.

Según la presidenta del Consejo de ministros italiano, “lo que fue correcto fue la fotografía de Zelenski con los 27. Anticipar esa unidad con una reunión en París fue políticamente incorrecto”. La líder italiana insistía por segundo día consecutivo en esta idea, pese a que el presidente francés ya le había respondido a su primera invectiva aclarando que la cena se había celebrado a tres a petición del propio presidente de Ucrania.

Los medios italianos consideran que Meloni no acepta el mejor trato a su predecesor, Mario Draghi, quien fuera invitado a un viaje conjunto con Macron y Scholz a Kiev, mientras ella fue excluida de la cena en París.

No hizo falta que el entorno de la primera ministra italiana filtrara su enfado por la organización de esta cena previa, a la que Italia no fue invitada. Lo denunció personalmente ante las cámaras de televisión a su llegada al Consejo y lo ratificó en la rueda de prensa posterior, pese a que Macron insistió en que fue Zelenski quien eligió el formato que prefirió.

Molestó en especial a Meloni la apostilla de Macron de que “Francia y Alemania tienen un papel especial a la hora de apoyar a Ucrania”. Pero estos son los países decisivos, junto al Reino Unido y Estados Unidos que no están en la UE, que más armas pueden aportar a la causa ucraniana, lo que explica el interés directo de Zelenski para reunirse con sus mandatarios a solas.

Previsiones de ralentización

El Consejo europeo tampoco tuvo mayor interés en el análisis de las previsiones de la Comisión Europea que prevén una ralentización de la economía europea y española para este año como ya han anticipado el FMI y la OCDE.

Hoy, el Eurogrupo se centrói en el debate temático de cómo están evolucionando los mercados de trabajo de la zona del euro y, a partir de una nota de los servicios de la Comisión, los ministros debatieron los retos políticos en el contexto actual de elevada inflación y cambios a largo plazo vinculados a la demografía y a las transiciones ecológica y digital.

Con los dos debates anteriores como marco de referencia, el Eurogrupo debatió impresiones sobre la evolución y las perspectivas macroeconómicas y financieras teniendo en cuenta las previsiones de invierno de la Comisión que hará públicas este lunes.

Ante las nada optimistas previsiones, el propio consejo señala en una nota de prensa que lo hace con miras al debate exhaustivo sobre las orientaciones de política presupuestaria que se celebrará en marzo, de cara a las implicaciones para la coordinación de las políticas en la zona del euro en el futuro.

No solo el Consejo pone paños calientes antes de conocer las previsiones a la baja de la Comisión Europea de la evolución de la Economía. Al Gobierno español, que se muestra muy optimista y mantiene su previsión de crecimiento económico para este año en el 2,1%, se han unido otros Gobiernos europeos como Alemania, Grecia, Italia o Portugal, que siguiendo la estela española y sus previsiones, también difieren mucho de los organismos internacionales.

A la espera de las explicaciones que dé el Ejecutivo comunitario sobre sus proyecciones, parte del optimismo de los países se debe al inició del freno de la subida de los precios en el mercado de la energía y a la contención del IPC general, con la incógnita de lo qué pueda suceder con la inflación subyacente. Muy relevante también es el cambio en la política anticovid de China con el fin de las cuarentenas, lo que podría facilitar la recuperación del crecimiento y el impulso de los intercambios comerciales.

Sin olvidar cómo evolucionen las decisiones de política monetaria y el desenlace de la guerra de Ucrania que pondrán un peso especifico en los resultados finales de este año en la economía mundial.

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