La se­quía ame­naza 300 grandes zonas en el mundo, según la ONU

El agua y los recursos hídricos concentran las inversiones para los próximos años

Los fondos de in­ver­sión en agua se pre­sentan tan sos­te­ni­bles como ren­ta­bles

Sacyr Agua, en Navarra.
Sacyr Agua, en Navarra.

En los mer­cados se habla mucho de la in­ver­sión sos­te­ni­ble, pero la triste realidad es que apenas entra di­nero en el mer­cado para este fin. El flujo de en­trada en fondos en España es casi pau­pé­rrimo, pese a la cre­ciente con­cien­cia­ción por im­ple­mentar po­lí­ticas sos­te­ni­bles. Así lo re­fleja la pér­dida de pa­tri­monio du­rante 2022 de los fondos de in­ver­sión de los ex­pertos y las casas de me­dia­ción.

Con todo, la transformación cultural está provocando un progresivo cambio en el perfil de consumo, sobre todo entre los más jóvenes, según destaca un informe realizado sobre los ASG (Fondos Sostenibles Corporativos, por sus siglas en inglés). A la larga, este movimiento hará que cambie la percepción en la inversión no ya solo por una cuestión ética sino también económica.

Con el tiempo, y no a mucho tardar, las compañías que inviertan en sostenibilidad serán mejor percibidas por el consumidor y sus productos tendrán una mayor acogida, con lo que ganarán cuota de mercado y aumentarán sus resultados y la rentabilidad. Junto a la energía renovable y la movilidad eléctrica, uno de los campos que más interés generará para los inversores en los próximos años será el agua.

Este es un elemento imprescindible para la vida en la Tierra y la supervivencia de los seres humanos. Es probable, pese a todo, que la tercera guerra mundial no sea por el agua. Sin embargo, la sobreexplotación con patrones de consumo poco responsables y la sequía fruto del cambio climático están generando problemas y desabastecimiento en innumerables zonas del globo. Una escasez que, según los cálculos oficiales, afectará de una forma u otra a cerca de 5.000 millones de personas de aquí a 2050.

Infraestructuras hídricas es fundamental

El agua, por tanto, se ha convertido en uno de los desafíos económicos del siglo XXI. Actualmente, 17 países se enfrentan a una situación de grave escasez de recursos hídricos y la ONU ha identificado 300 zonas en el mundo donde podrían estallar guerras del agua. Solo las inversiones en infraestructuras hidráulicas, la mejora en las técnicas de gestión del suministro o la eficiencia de los servicios de tratamiento de agua podrán revertir este futuro.

Aunque es difícil llegar a la dramática situación que se está viviendo en Somalia, con millones de desplazados, Europa también se enfrenta a una situación caótica en los próximos años por la sobreexplotación de los recursos hídricos. Así lo refleja el índice de explotación de agua (WEI).

Este indicador muestra la cantidad extraída cada año, en proporción al total de los recursos de agua dulce a largo plazo. Se considera que un WEI superior al 20 % indica que un recurso hídrico está sometido a estrés y si supera el 40 % está sometido a un gravé estrés. Países europeos como Chipre, Bélgica, Italia, Malta y la propia España están utilizando más del 20 % de sus recursos hídricos a largo plazo.

En nuestro país, el campo es uno de las principales responsables de la extracción de este recurso uso para el riego. En la Unión Europea, en torno al 40 % del consumo total al año se destina al sector agrícola, un 90 % de este consumo se utiliza en el sur de Europa. España es, junto a Italia, la región de la Unión Europea que cuenta con la mayor superficie de regadío, llegando a causar incluso fuertes conflictos entre regiones como el desatado recientemente por el trasvase Tajo-Segura.

En caso de no adoptar medidas urgentes para evitarlo, la brecha entre oferta y demanda de agua seguirá abriéndose, pudiendo llegar a alcanzar el 40 % para el año 2030. A la vuelta de la esquina. En este sentido, los expertos recuerdan que acceso al agua potable y al saneamiento también puede ser apoyado a través de las inversiones. En la actualidad ya existen numerosos fondos dedicados a seleccionar activos con esta temática ya no solo obtener una buena rentabilidad para sus partícipes, sino en busca de una dimensión socialmente responsable.

Fondos de inversión en agua

A ello se suma una importante repercusión económica. Además del impacto sobre la vida de los seres vivos, el Banco Mundial prevé que la repercusión en el PIB de algunos países podría llegar al 6% para 2050.

Cada vez se hace más relevante, por tanto, la inversión en infraestructuras, la implementación de soluciones tecnológicas para ahorrar agua, en especial en el campo, así como la medición de la cantidad que gastamos con el objetivo de aumentar la concienciación y mejorar los sistemas de desalinización. Conviene recordar que la superficie de nuestro planeta está compuesta en tres cuartas partes por agua.

Sin embargo, Solo una pequeña parte del agua de nuestro planeta es potable. Apenas el 2,5 % es agua dulce y, además y la mayor parte, además, no es accesible. Del 70 % al 80 % de toda el agua dulce se encuentra congelada en la Antártida. Esto supone que solo el 0,5% del agua es de fácil acceso. Eso implica, según datos de la ONU, que un tercio de la población mundial no tiene acceso a agua potable salubre y dos de cada cinco personas no cuentan con una instalación básica.

Solucionar estos problemas no es tarea fácil, pero ya hay algunos fondos que están poniendo su granito de arena. Entre ellos cabe destacar a "RobecoSAM Sustainable Water" y "Pictet Water".

El primero de ellos, centra sus inversiones en empresas de todo el mundo que ofrecen productos y servicios a lo largo de toda la cadena de valor del agua o que ofrecen productos o tecnologías que favorecen un consumo más eficiente del agua (infraestructuras hídricas, distribución del agua corriente, recogida y el tratamiento de las aguas residuales…).

El segundo, invierte principalmente en renta variable de empresas internacionales que suministran agua o servicios de su tratamiento, tecnología del agua o servicios medioambientales. El gestor de inversiones utiliza una combinación entre análisis del mercado y análisis fundamental de empresas, para seleccionar valores que a su juicio ofrecen perspectivas de crecimiento favorables a un precio razonable.

Dos buenas opciones tanto para contribuir de forma sostenible al planeta como para obtener buenas rentabilidades de inversión.

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