Se acaba el año y, salvo los lanzamientos de depósitos a medida sólo para personas de nivel alto de CaixaBank, Sabadell y BBVA, la banca va a salvar 2023 sin retribuir al grueso de sus clientes. De poco han importado las regañinas desde dentro -la ya presidenta del BEI, Nadia Calviño, ha sido especialmente beligerante- y desde el BCE- con Luis de Guindos al frente- por la cicatería del sector, que sin embargo está regando a sus accionistas con dividendos cada vez más jugosos.
Mientras el año entra ya en la recta final, la banca nacional está recibiendo una ayuda inestimable. Los bancos europeos que mejor pagan los depósitos están empezando a dar marcha atrás. De momento, se trata de cambios muy pequeños a la baja, de retoques, pero estos ajustes son más que suficientes como para dar a entender que la gran fiesta ha terminado. Es muy posible que los máximos de rentabilidad de estos depósitos han quedado atrás.
Muchas pero poco concoidas
Las entidades europeas, que han llevado los tipos de interés de los depósitos hasta niveles entre el 4% y el 4,40% en los últimos meses, empiezan a pisar el freno. Banco Progetto, Blue Orange, BJFord, Distingo, Banca Sistema o Younited han movido a la baja las rentabilidades en todos los plazos en un proceso que apenas acaba de comenzar. En cualquier caso, sus tipos siguen siendo mucho más altos que los de los bancos españoles.
Pero se estrecha la distancia con los de las entidades nacionales, que salvo algunas excepciones siempre fuera de la gran banca cotizada como EBN Banco, Banca March, Self Bank o MyInvestor no pagan más allá del 3,3% en el mejor de los casos en el plazo de 12 meses. La oferta con pasaporte español sigue siendo escasa en cantidad y en calidad, por lo que el primer paso atrás de la banca extranjera sólo puede ser considerado como un alivio.
“No es momento para hacer afirmaciones contundentes, porque el futuro de la inflación y de los tipos de interés en Europa no está nada claro. Pero más allá del escenario de que los tipos de interés empiecen a bajar en el primer trimestre de 2024 o en el segundo, lo cierto es que los bancos más agresivos en tipos de los depósitos interpretan que el momento de pisar el acelerador ha terminado”, aseguran desde el sector.
Miel sobre hojuelas para la banca española, que ve como se rebaja un poco la presión comparativa en el último suspiro de un año en el que ha aguantado a pie firme un aluvión de críticas al que ha hecho caso omiso. Que los competidores más fieros en depósitos sigan rebajando la velocidad depende ahora de los bancos centrales, que a uno y otro lado del Atlántico van a enseñar sus cartas hoy y mañana.