Así figura en el último informe “Panorama económico y sectorial 2023: perspectivas hacia el cuarto trimestre”, publicado por el Servicio de Estudios y editado por Fundación MAPFRE.
Los expertos apuntan a tres factores principales para justificar la mayor ralentización de la economía en los próximos trimestres. Por un lado, el repunte del Euribor, que irá quitando renta disponible a las familias que tienen hipotecas, mientras que los alquileres también se han elevado gracias a que la capacidad de pago de hipotecas se está reduciendo y hay una mayor demanda en el mercado de alquiler.
Asimismo, se espera una desaceleración de las exportaciones a raíz de la desaceleración en los mercados de destino y una moderación del turismo. Y, a su vez, prevé un repunte de la inflación como consecuencia de la subida del petróleo de los últimos meses.
En términos globales, la dicotomía entre actividad económica y precios con la que comenzó el ciclo de endurecimiento monetario global ha pasado presentar una situación más equilibrada entre ambas variables, aunque sujeta a un entorno cada vez más desafiante y tensionado por el lado de la geopolítica, en concreto, por el riesgo de un obstáculo adicional con el repunte de los precios de la energía ante el actual conflicto de Oriente Medio.
Economía global
En este contexto, MAPFRE Economics eleva su previsión de crecimiento para la economía global en dos décimas en 2023, hasta el 2,9%, y la rebaja en una décima en 2024, hasta el 2,2%. Respecto a la inflación, los cambios son más pronunciados, dejando una inflación media más benigna en 2023 (del 6,6% frente al 7,0% del informe del trimestre anterior), aunque seguida de una senda de mayor persistencia en 2024 (6,1% frente al 4,9% previa).
“El pronóstico sigue ofreciendo una dinámica estanflacionaria, con un crecimiento que se reduce, una política monetaria sosteniendo el tensionamiento de las condiciones financieras y una inflación afrontando una etapa de moderación más prolongada y sostenible, aunque todavía lejos de los niveles objetivo”, explica Manuel Aguilera, director general de MAPFRE Economics.
A este escenario, se suman una serie de divergencias regionales crecientes, distintos momentos cíclicos y diferentes formas de aplicar las herramientas económicas al alcance, lo que expone una brecha de vulnerabilidades y márgenes de actuación muy desiguales. Todo ello, ante la incertidumbre, persistente o transitoria, de una geopolítica que ensombrece los resultados de los posibles escenarios.
Esto provoca que la economía de Estados Unidos, en 2023, esté presentando un desempeño mejor de lo esperado. Y de ahí que MAPFRE Economics haya revisado al alza sus previsiones y se sitúen ahora en un crecimiento del 2,3% en 2023, y del 0,6% en 2024, “eventualmente consiguiendo el muy deseado, pero no obvio, aterrizaje suave”.
Por contra, en la Eurozona los indicadores adelantados apuntan a un enfriamiento de los niveles de actividad económica, especialmente en la industria y el Servicio de Estudios prevé un crecimiento del 0,5% para 2023 y del 0,7% la de 2024 (una y tres décimas menos que la anterior estimación, respectivamente).
Impacto en el sector seguros
Este contexto macroeconómico plantea un panorama para la actividad aseguradora de menores crecimientos en el volumen de negocio que afectará a sus líneas de negocio más cíclicas y vinculadas al crédito, como los seguros de Autos o los de Vida riesgo.
No obstante se espera una mejora en su rentabilidad, a medida que se materialicen las revisiones al alza de las primas de seguros para adaptarlas a la inflación, se moderen los crecimientos de los costes y se mantenga el apoyo de los ingresos financieros por las subidas de los tipos de interés. Por su parte, los mayores niveles de los tipos de interés están ayudando al desarrollo del negocio de los seguros de Vida vinculados al ahorro.