Entre enero y septiembre, los ingresos totales (margen bruto) del banco andaluz se situaron en 1.333 millones de euros, lo que equivale a un alza del 5,9 % interanual. De esta cifra, 973 millones de euros corresponden al margen de intereses, un 25,4 % más, mientras que los originados por comisiones y tasas alcanzaron los 401 millones de euros, con un crecimiento del 1,6 %, gracias al desarrollo de las actividades de seguros y fondos de inversión.
La entidad, además, ha seguido ajustando los costes en especial los de personal que han descendido un 4,9 %, hasta 364 millones, ras el cierre de sucursales y el ERE aplicado para reducir la plantilla. Los gastos generales de administración también han descendido a 209 millones, un 4,9 % menos. El impacto negativo de las amortizaciones fue de 69 millones euros.
En este período, el banco ha dotado 88 millones de euros a provisiones, un 4,7 % más, y ha contabilizado 112 millones de euros de impacto por el deterioro de activos, dejando su margen de explotación en 692 millones de euros. Todo ello da un resultado antes de impuestos de 413 millones, un 11,2 % superior al contabilizado a septiembre del año pasado.
Unas cifras que el mercado ha recogido con decepción, sobre todo después de aflorar recientemente un agujero de 1.700 millones de euros en deuda pública por la pérdida de valores de los bonos de deuda pública que tenía en balance tras la subida de tipos de interés.
Este conjunto de factores ha provocado una caída de las acciones de Unicaja superiores al 4,5 % tras conocerse los resultados poniendo en riesgo el soporte que tiene sobre los 0,96 euros. Perder este nivel supondría abrir un nuevo gap bajista hacia los mínimos del año. Todo ello a la espera de que la nueva directiva consiga tapar los numerosos agujeros que le están saliendo al paso.