La petrolera ha advertido al Gobierno en funciones de Pedro Sánchez de reducir sus inversiones industriales en España tras el acuerdo firmado por el PSOE y Sumar en el que se contempla seguir aplicando el impuesto a las energéticas.
“El ejercicio 2023 está siendo un año de profunda transformación para Repsol, con avances firmes en descarbonización y en la consolidación de nuestro perfil multienergético. En un entorno volátil como el actual, estamos obteniendo resultados sólidos, aumentando la retribución a nuestros accionistas y apoyando a nuestros clientes”, ha señalado el consejero delegado, Josu Jon Imaz.
Debido a la caída de los precios del crudo y del gas, la multienergética obtuvo hasta septiembre pasado un resultado neto de 2.785 millones de euros, lo que supone una caída de un 14% respecto a igual periodo de 2022. El resultado ajustado que mide el funcionamiento de los negocios alcanzó los 3.816 millones.
En los primeros nueve meses del año, el petróleo Brent cotizó a una media de 82,1 dólares/barril, un 22% menos. Por su parte, el gas Henry Hub sufrió un descenso de un 60%, hasta llegar a los 2,7 dólares por MBtu. Según la compañía, en los próximos meses, se espera que asistamos a un mercado muy volátil, debido al convulso escenario geopolítico que estamos viviendo.
Con la mirada puesta en reforzar su perfil multienergético y avanzar en la descarbonización, el grupo ha invertido en los nueve primeros meses 4.362 millones de euros, lo que supone un incremento del 82% respecto a enero-septiembre de 2022. El foco inversor ha estado puesto en España, donde se destinó un 41% del total y en Estados Unidos, donde se dirigieron un 37% de las inversiones realizadas.
Advertencia al Gobierno
La petrolera ha cargado contra el recargo a las energéticas y a la banca en el documento sellado por el PSOE y Sumar, de forma que ha advertido que esta medida podría “condicionar las inversiones industriales en España”. Según ha señalado, la posibilidad de que se mantenga el gravamen a las compañías energéticas, que se ideó como temporal y extraordinario, “castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país”.
“En cambio -advierte-, favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España. En consecuencia, la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país, podría “condicionar los futuros proyectos industriales de Repsol en España”.
La petrolera es la compañía con más impacto en sus cuentas con unos 450 millones de euros este año, seguido de Cepsa, con 323 millones; Naturgy y Endesa, con unos 300 millones cada una, e Iberdrola con 200 millones. Por otro lado, la contribución fiscal hasta septiembre pasado, alcanzó los 10.890 millones de euros. Cerca del 70% (7.441 millones de euros) corresponden a España.
Pago de dividendo de 0,4 euros en enero
Respecto al dividendo, la compañía ha seguido con su política de retribución al accionista. En julio pasado, abonó un dividendo complementario de 0,35 euros por acción, con cargo a los beneficios de 2022, que se añadió a la retribución pagada en enero. Con ello, el dividendo en efectivo aumentó un 11% respecto al ejercicio anterior, hasta 0,70 euros brutos por título.
Adicionalmente, los accionistas percibirán en enero de 2024 una retribución de 0,40 euros brutos, lo que supone un incremento del 14% respecto al pagado en enero de 2023. Además, la compañía tiene previsto reducir su capital social en este ejercicio en 110 millones de acciones que, añadidas a los 200 millones de títulos amortizados en 2022, representarán un total de 310 millones de acciones, equivalentes a un 20% del capital social existente, ampliamente por encima del Plan Estratégico 2021-2025.
La deuda neta se situó a final del tercer trimestre en 1.855 millones de euros. La liquidez alcanzó los 10.650 millones, suficientes para cubrir más de cinco veces los vencimientos de deuda bruta de la petrolera a corto plazo.
Críticas al impuesto especial
En su nota sobre los resultados del tercer trimestre, Repsol ha censurado la posibilidad de que se mantenga un gravamen a las compañías energéticas y a la banca, recogido en el acuerdo de PSOE y Sumar para formar un Gobierno de coalición, y ha advertido de que "la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar sus futuros proyectos industriales en España".
La compañía dirigida por Josu Jon Imaz ha señalado que el gravamen a las compañías energéticas, "que se ideó como temporal y extraordinario, castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país", mientras que "favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España".