Los niveles de ocupación hotelera mundial hasta finales de agosto han sido una media del 10 % superiores a los de 2022, tal y como recogen un informe de “business intelligence” de Demand360. Para el cuarto trimestre, las reservas registradas hasta septiembre se sitúan un 11 % por encima del mismo período del pasado año.
Estas cifras deberían permitir ser muy optimistas con Amadeus. Sin embargo, en los últimos meses han surgido dudas en el mercado debido a los temores de recesión y la caída de la demanda provocados por las subidas de tipos de interés. Algo que para algunos analistas parece excesivo.
Entre ellos, JP Morgan que recientemente ha reiterado su optimismo con el valor a pesar de recortar su estimación de precio objetivo de 78 a 77 euros por acción, lo cual le confiere todavía un alto potencial alcista y más tras los recientes ajustes del valor. Una opinión que coincide con la gran mayoría de casas de análisis que siguen al valor que en su mayoría se decantan por la recomendación de comprar.
El mercado, sin embargo, no se está dejando atraer por los cantos de sirena. Los inversores están retirando posiciones de forma preventiva ante un cambio general de sentimiento acentuado ahora por el inicio de la guerra en Oriente Medio que puede trastocar todo en el sector turístico.
En los últimos tres meses, el valor ha perdido más de un tercio de su precio, rompiendo todos los soportes que han ido saliendo al paso. Los expertos técnicos esperan que sobre los 53 euros encuentre un nuevo suelo ya más firme, donde consolidar posiciones y preparar el rebote. Para ello, señalan, quizás haya que esperar ya al próximo ejercicio.
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