Aumentan las pymes con di­fi­cul­tades para con­se­guir fi­nan­cia­ción ban­caria en España

El BCE alerta de las crecientes dificultades de las pymes para conseguir financiación

Las em­presas pe­queñas deben pagar tipos más altos y aportar más ga­ran­tías

Pymes.
Pymes.

A perro flaco… si las pymes es­pañola no te­nían su­fi­ciente con hacer frente a los cre­cientes costes de pro­duc­ción, la subida de los pre­cios de la energía y de las ma­te­rias pri­mas, los in­cre­mentos sa­la­riales de­ri­vados de la in­fla­ción y, con ello, a la merma de sus be­ne­fi­cios, el re­curso al cré­dito se les ha puesto más di­fí­cil. Esto es lo que viene a decir el Banco Central Europeo (BCE) y la Unión Europea en su úl­timo in­for­me-en­cuesta sobre la pe­queña y me­diana em­presa eu­ro­pea.

Dicha encuesta se realiza periódicamente entre 11.000 empresas sobre el acceso a la financiación en la Eurozona. Y según sus conclusiones, el año pasado se produjo, por primera vez desde 2013, un deterioro en el acceso al crédito para las pymes; algo crucial para su funcionamiento y supervivencia dado que los préstamos bancarios son la principal fuente de financiación para las pymes.

Y la esperanzas van a peor ya que las pymes anticipan una notable intensificación del deterioro en el acceso a la financiación hasta marzo de 2023; lo que, según los encuestados, vendría determinado por el empeoramiento de las perspectivas económicas generales.

El porcentaje de pymes con dificultades para conseguir financiación bancaria ha subido ligeramente en España, hasta casi el 10%; es decir, un punto y medio más que seis meses antes, mientras que en la UEM se mantuvo en unos valores algo más bajos, en torno al 8%, semejante al del semestre anterior. No obstante, la proporción queda aún lejos del 20% que se alcanzó durante la crisis financiera.

El ligero repunte de las dificultades para obtener financiación observado en España en 2022 fue resultado principalmente de un aumento de las solicitudes rechazadas y, en menor medida, de un incremento del porcentaje de pymes a las que concedieron solo parte del préstamo que habían solicitado, o a las que se les concedió a un coste muy elevado. Al mismo tiempo, el porcentaje de pymes que acuden al banco a pedir un crédito también ha bajado ligeramente “porque anticipaban un rechazo de su solicitud”.

En el conjunto de la UEM, el acceso a los préstamos bancarios muestra una tendencia similar a la española ya que, en términos netos, empeoró para el 9% de las pymes por primera vez desde 2014 para el conjunto de la eurozona. No obstante, tanto en España como en la UEM, ese deterioro está muy por debajo del registrado durante la última crisis financiera y, especialmente, durante 2009, cuando se registraban porcentajes de hasta el –37% en España y del –22% en la UEM.

La encuesta, denominada Survey on the Access to Finance of Enterprises (SAFE) rebela que la facilidad de crédito para las pymes españolas es ligeramente mejor que la media europea hasta ser la sexta de las incertidumbres observadas por los empresarios españoles. De hecho, en España, los problemas que más preocupan son, según la SAFE, el aumento de los costes laborales y de producción, la búsqueda de nuevos clientes y la competencia; mientras que la media entre las empresas de la Unión Económica y Monetaria (UEM) encuentran en la falta de personal cualificado su mayor preocupación, seguida por la regulación.

Mayor exigencia

Este nuevo endurecimiento del crédito se centra, especialmente, en algunas de las condiciones aplicadas a los préstamos bancarios. Por ejemplo, vuelve a apreciarse un aumento tanto de los tipos de interés como de otros costes asociados al crédito. En particular, la proporción de pymes que declaran que sus bancos les han subido el tipo de interés fue del 64% en la Eurozona , el más alto desde 2009. En España, la proporción llega al 70%, lo que supone la tasa más alta desde 2012.

Esta evolución alcista de los tipos de interés estaría vinculada con la política monetaria del BCE, y la subida de los tipos de interés oficiales. Aunque la banca ha aumentado su exigencia en las garantías requeridas, aunque, sensu contrario, tanto el plazo como las cuantías concedidas parecen haber mejorado tanto en España como en el conjunto de la UEM.

La proporción de pymes que solicitaron crédito bancario entre abril y septiembre de 2022 se mantiene aún en niveles reducidos, tanto en España (21%) como en la UEM (22%). Se trata de los valores más bajos desde 2009. Según el BCE y la Comisión Europea eso puede deberse a que “un porcentaje elevado de pymes mantienen aún un remanente de liquidez, después de que en 2020, en el contexto de la pandemia de COVID-19, muchas recurrieran al crédito bancario tanto para cubrir sus necesidades de financiación como para construir colchones de liquidez”.

Probablemente, el hecho de que las pymes españolas -como en el conjunto de la UEM- registren peor evolución que las empresas de mayor tamaño justifique ese aumento de la rigurosidad bancaria a la hora de concederles financiación. Que, además, las expectativas de las pymes españolas hasta marzo de 2023 muestren una clara desaceleración de la actividad, (solo el 4,3% creen que subirán sus ventas) tampoco parece que aliente la alegría crediticia.

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