Inicia 2023 con una so­bre­dosis de emi­siones de deuda y subidas en la renta va­riable

La banca se lanza como nunca a los mercados, pero con una duración incierta

Los ges­tores están ahora más pro­clives a las bolsas eu­ro­peas que a Wall Street

Deutsche-Bank
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En tiempos tan in­ciertos como los ac­tuales en los mer­cados fi­nan­cie­ros, hay que saber apro­ve­char las opor­tu­ni­da­des, porque no se sabe cuándo vol­ve­rán. En estos mo­men­tos, las puertas de los mer­cados están abiertas de par en par para la banca eu­ropea en ge­neral y, muy en par­ti­cular para la es­pañola. El sector está co­lo­cando deuda a manos lle­nas, hasta el punto de rozar los 20.000 mi­llones de euros en la jor­nada del pa­sado mar­tes, la más ac­tiva en mucho tiempo.

Las alegrías se trasladan a la bolsa, donde la banca ha empezado el año a toda velocidad. Los bancos nacionales copan el ‘top ten’ de revalorizaciones estos primeros días de 2023, con todos sus integrantes por encima de la subida media del Ibex 35. Las expectativas de subidas de tipos de interés -algún halcón del BCE filtraba el viernes que las primeras del año serán bastante suculentas- tiran de las cotizaciones a muy buen ritmo en este arranque de ejercicio.

¿Qué está pasando?

La primera gran conclusión es que Europa le ha tomado la delantera a Wall Street en este comienzo de año. Los últimos datos macro en la zona euro sugieren que, quizá, la desaceleración de las economías del Viejo Continente no sea tan potente como se esperaba. Y, en paralelo, se está produciendo una cierta relajación de las cifras de inflación en algunas de las locomotoras de la Eurozona. Nada definitivo ni extraordinario, de momento.

Pero sí más que suficiente para que los gestores estén inclinando la balanza a favor de Europa y, muy concretamente, de sus bancos. Primero, porque los últimos datos de inflación son mejores que los de Estados Unidos. Y, en segundo lugar, porque las bolsas europeas vienen de un gran desfase respecto a las americanas en estos últimos años que ya empezó a corregirse en el último trimestre de 2022. La cuestión ahora es si estamos ante un movimiento coyuntural o de si se trata de algo más serio.

“Estamos viendo sólo los primeros escarceos de los gestores en un año recién comenzado. No se debe interpretar como una tendencia para el conjunto del año, porque falta mucho para que Europa se desembarace de unas presiones inflacionistas que pueden reaparecer en cualquier momento. Y eso pesará sobre los bancos, que de momento disfrutan de un momento feliz. Pero es muy difícil saber cuál será su duración”, señalan en una gran gestora extranjera.

De momento, mientras suben en bolsa, los bancos salen al mercado a colocar deuda para anticiparse a la nueva subida de tipos que viene. Santander y BBVA ya han vendido 4.500 millones de euros. Lo más importante es que la demanda fue holgada en ambos casos, lo que permitió a las dos grandes entidades financieras españolas colocar a precios bastante competitivos dadas las circunstancias. Otras entidades nacionales, con Sabadell a la cabeza, están en la lista de espera.

El movimiento se extiende al conjunto de la banca europea, con gigantes como BNP Paribas o Crédit Agricole a la cabeza. En un año que se antoja lleno de emociones fuertes para el sector financiero, la consigna ahora es cargar bien el zurrón de deuda por si las cosas se tuercen. En un escenario de tipo de interés enormemente incierto, los mercados pueden abrir o cerrar sus puertas sin previo aviso. Los bancos, con la lección bien aprendida de 2022, están haciendo sus deberes.

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