El caso es que 2023 se estrena con un país más en el euro (Croacia) hasta completar 20 economías con la misma moneda y los primeros signos de que los ‘arreones’ de los mercados a final del ejercicio respondían a intereses puntuales de los grandes inversores; con una bolsa española al alza y unas renta biliares en la renta fija a la baja tras el ‘calentón’ de final de año como consecuencia de la fuerte subida en la inflación subyacente que alimentó los rumores de nuevos y duros aumentos en las tasas de interés por el Banco Central Europeo (BCE).
Esa inercia del inestable 2022 dejaba en evidencia que, en los nueve primeras meses del año, las familias españolas vieron cómo se esfumaban cerca de 17.000 millones de euros de sus ahorros.
La fuerte y rápida subida de los tipos de interés decidida por el BCE supuso el primer freno al ahorro familiar al que se ha unido, especialmente en la segunda mitad del pasado ejercicio, la fuerte subida de los precios hasta alcanzar el 5,8% en diciembre, aunque la tasa de inflación subyacente saltaba en diciembre al 6,9% por la carestía de los alimentos.
Todo ello ha hecho pasar el ahorro neto de los hogares de los 11.699 millones de euros que acumulaban en septiembre de 2021, a un ahorro negativo (deuda) de -5.986 millones al cierre del tercer trimestre de 2022. Dicho de otro modo, la tasa de ahorro de las familias españolas sufrió un descalabro de casi diez puntos porcentuales solo en los nieve primeros meses de 2022 al pasar desde una posición positiva del 6,4% en el tercer trimestre del año anterior hasta el -3,2% que reflejan las Cuentas Trimestrales no financieras elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En términos puramente trimestrales, la tasa de ahorro baja 2,7 puntos porcentuales hasta situarse en el 5,7%.
El crecimiento es la base
Eso ha hecho que la inversión de los hogares se sitúe en la cota de los 12.901 millones (-2,9% interanual). Si se eliminan los efectos estacionales, la inversión de las familias alcanza el 6,9% de su renta disponible, es decir, se para en el mismo nivel del trimestre anterior.
Porque, al fin y al cabo, el ahorro y la inversión son síntomas de la situación de las economías familiares ante la subida de sus costes (tipos) y sus gastos (cesta de la compra, energía, suministros) y las estrategias para administrar su renta. Es más, según el INE, si se tienen en cuenta las subidas salariales de los tres primeros trimestres (5,8%) y las rentas a percibir (intereses, dividendos) y se le añaden los impuestos sobre la renta y el patrimonio, las cotizaciones y prestaciones sociales, la renta disponible bruta de los hogares sube el 1,6% en términos interanuales hasta los 186.600 millones de euros.
Javier García Arenas, economista senior de CaixaBank Research, destacaba recientemente la subida en 224.000 millones de euros del ahorro financiero registrada en España desde la pandemia. Aunque con la misma contundencia, el mismo analista subrayaba un hecho incontrovertible: la inflación ha erosionado la riqueza financiera de los hogares ya que la subida de precios reduce “de forma importante” el valor de los activos.
Y eso, con una inflación acumulada del 12,4% entre finales de 2019 y mediados del año pasado, ha hecho que “el aumento de activos financieros en términos nominales no ha sido suficiente para evitar una pérdida de su poder de compra por la elevada inflación”. Y añade que, "posiblemente, el aumento de la riqueza financiera se haya concentrado en las rentas más elevadas, con mayor capacidad de ahorro y menor propensión al consumo”.
Hay que tener en cuenta que, según los datos del INE, la renta nacional bruta se sitúa en los 329.525 millones al cierre del tercer trimestre; lo que supone un aumento del 10,1% en términos interanuales.
Las empresas, cuya renta disponible crece el 41% en el periodo, han podido aumentar el 22% (interanual) su capacidad de financiación hasta los 43.501 millones de euros(un 22,2% más que en el mismo trimestre del año anterior). El INE cifra en el 15,1% el aumento en el valor añadido bruto que generan y en el 30,1% la mejora de sus beneficios brutos de explotación.
Nada claro en 2023
Pese a esos buenos resultados, las inversiones empresariales bajan en 0,6 puntos porcentuales sobre el trimestre anterior para dejar la tasa de inversión en el 25,2% del valor añadido bruto. Otro síntoma de que el panorama de este 2023 no está nada claro para los gestores empresariales.
En esa misma línea de prudencia, la banca reduce el 12% sus inversiones a septiembre (1.611 millones) a pesar de que el sector genera una capacidad de financiación de 10.228 millones de euros; lo que represente el 42% más que los 7.207 millones del tercer trimestre de 2021.
De hecho, la renta disponible bruta generada por la banca española en se periodo alcanza los 11.103 millones de euros (incluidos impuestos de sociedades, cotizaciones, prestaciones sociales y otras transferencias corrientes), un 30,6% más en términos interanuales en lo que se prevé un ejercicio histórico de beneficios para el sector.